SCHIZOPHRENIC SPACERS - Gloria

Jugarse la vida a cara a cruz supongo que pinta de manera estupenda en las novelas, aquellas en las que ser un perdedor adquiere un halo romántico que casi nada tiene que ver con la realidad, con la vida fuera del fino filo del papel. Las decisiones se suelen tomar con suficiente maduración y que luego sean acertadas o no ya es harina de otro costal. Hay momentos en la vida en los que es necesario  girar en otra  dirección, aunque el viraje no sea brusco y eso implica dificultades o inconvenientes que hay que ser capaz de remontar. La métrica de las palabras las convierte en un boumerang, en un trayecto de ida y vuelta que te pone a prueba para no pillarte desprevenido. El oido presto, alerta, la recepción del mensaje, el envío de señales cuando nacen con la misión de dejar constancia de lo que se tiene que decir. He escuchado decir muchas veces que el inglés es el idioma universal del rock and roll. Siempre he pensado que ese lenguaje es la comunión implícita, y cuando esta se logra, las palabras quedan en lo que siempre debieron ser, el vehículo necesario e imprescindible para lograr el punto de fricción que forma parte de un conjunto. Son muchas las directrices que van desde lo terrenal a lo sentimental.

Schizophrenic Spacers han decidido para este nuevo álbum cambiar su vehículo de comunicaciones, pasar del inglés al español. No es siempre  sencillo este paso aunque pudiese parecerlo a priori. Quieras o no, cuando una banda tiene ya un bagaje acumulado tiendes a relacionarlo a diferentes maneras de  identificarla, por lo que puede  de primeras convertirse en una onda de choque. Así que con esa fantástica portada como primera impresión, subo el volumen de manera adecuada para que la habitación vibre con el ritmo que propone este "Gloria" y dejo que sean  Sergio Martos, Alberto Belmonte, Manuel Fernández y Jesús Tejada quienes desplieguen alas y extiendan su mensaje a golpes de Rock and Roll,  disfrutar de estas once canciones, cual alineación inicial preparada para asaltar una liga donde los árbitros travestidos de fans ávidos de emociones nunca han ocultado su arbitrariedad y ese canto de la grada de que aquí hemos venido a disfrutar.  Schizophrenic Spacers, curtidos en mil batallas de las que dejan cicatrices de verdad,  vencen por goleada.

Abre el disco "Villadenada", puro rock clásico,  dejes que recuerdan a The Who y un estribillo en el que marcan tiempo directo al cuello con esa guitarra que suena a gloria - nunca mejor dicho - en el solo. Se endurecen con "Desobediencia" rememorando los mejores tiempos del hard rock hispano, una estrofa en la que se aparecen por momentos recuerdos de los Barón Rojo más apoteósicos  mientras que la voz de Martos - y no será la única vez, por esas extrañas conexiones que hace la mente buscando un referente - rememora esa forma de cantar de Miguel Ríos. ¡Ojo a las guitarras de "Gloria" - la canción -!. Destilando clase y potencia que sirven como base para el lucimiento vocal de Sergio Martos llevándonos hacia un estribillo que pide escenario a gritos. Sigue el ambiente caldeado cuando arranca "A cuchillo", rock duro sin concesiones aunque a más de uno no le guste usar el término, pero cuando te enfrentas a ese tú a tú que invoca la canción, a mi no se me ocurre otro.

Con el bajo asumiendo protagonismo nos encontramos con "Buscate una vida" que va creciendo en intensidad ayudada por el marcado riff y una batería que imprime mucha fuerza. Ecos sureños se asoman en "Premonición" planteando un magnífico duelo voz/guitarra,  canción que sabe a Bourbon con hielo y bar de carretera. Comentaba más arriba que Martos me recuerda a ratos a Miguel Ríos y se me hace evidente cuando escucho la balada "Demasiadas horas" a la que abriga con esa calidez que le da la melodía propuesta mientras el bajo va marcando los pasos necesarios para que la canción se vaya apoderando de ti. Vuelve la potencia a desbordarse con "El ojo que todo lo ve", dura, afilada, con una batería contundente, la voz como un dedo acusador y un estribillo que  a ratos coloca encima de mi mesa a  los hermanos De Castro, Sherpa y Hermes cuando eran un referente. 

Sorprenden para bien los apenas dos minutos de "Tragaldabas", sus coros y ese sonido psicodélico.  "Las cinco estaciones de Gloria" se encara con un magnífico cambio de aire marcial comandado por el bajo a los dos minutos que nos va encaminando hacia el siguiente desarrollo protagonizado por el dueto guitarra/batería y así sucesivamente Schizophrenic Spacers nos conducen de la mano durante las cinco estaciones que protagonizan la canción más ambiciosa del disco. Cierra el disco la canción que nos dieron a conocer para ir imaginando lo que iba a ser este nuevo disco, "Victoria", celebrado por todos porque invita a ello con su riff y su pegadizo coro, su espíritu festivo y directo, un estribillo para quedarte afónico cantándolo en directo. En definitiva, "Gloria",  y volviendo al símil futbolero, es una temporada de liga en la que se meten por derecho propio en Champions League.


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