THE DEAD DAISIES - Holy ground

A ver, os voy a plantear una duda que hace ya bastante tiempo me sobrevuelan la cabeza y que como suele ser común para estas cosas, imagino que cada uno tendrá su propia opinión.  El término supergrupo, ¿se sigue utilizando o ha caído, como tantas otras cosas, en desuso?. Posiblemente, The Dead Daisies sean lo más parecido a ello, al menos ciñéndonos al círculo del hard rock. Con Deen Castronovo y Doug Aldrich - junto a David Lowy - como principales cabezas visibles, la marcha de John Corabi, hasta ahora vocalista de la banda y protagonista con su estilo de los anteriores lanzamientos - en lo que al corresponde, claro está - era sustituida por un peso pesado como Glenn Hughes, quien además de sustituir a Corabi en las voces, lo hace en el bajo tras la salida de Marco Mendoza, alguien que no solo no necesita presentación sino que además presupone siempre un marchamo de calidad que despierta el interés, no se de vosotros, pero os aseguro que muchísimo de servidor y que además sigue manteniendo un nivel envidiable.


Con todo esto a su favor, las expectativas estaban en todo lo alto para este "Holy Ground". Es evidente que la voz de Hughes, tan reconocible como admirable, hace que cualquier historia donde participe, su presencia e influencia sea reconocible y profunda. "Holy Ground" no iba a ser la excepción, donde se nota - o al menos yo lo hago - ese gusto clásico más que con Corabi, cuya presencia y forma de cantar relacionaba con otra época distinta del hard rock. Justo con el disco en la calle, Deen Castronovo anunciaba su marcha de la banda, por problemas de espalda, siendo sustituido por Tommy Cufletos que a partir de ahora se encargará de la sección rítmica de la banda junto Hughes. ¿Qué ofrece este nuevo lanzamiento de The Dead Daisies?. Pues puro hard rock, de guitarras gruesas y riffs marcados, la fantástica pegada de Castronovo y un Hughes, que como siempre, se muestra excelso, provocando que centres tu atención en su inconfundible voz - si, siento auténtica pasión por la forma de cantar de este tipo, lo reconozco y lo haré aunque mi vida fuese en ello -.

El disco lo abre la ya conocida "Holy ground (shake the memory)", y amigos, que decir. Riff marcado, potencia bien controlada, esa voz llevándote a su terreno y un estribillo bien construido y mejor ejecutado. ¡Formula ganadora!. "Like no other (bassline)" no se queda ni mucho menos atrás, incluso endureciendo un poco más la propuesta, muy rítmica y esos efectos tan reconocibles de Hughes quien además asume mucho protagonismo con sus líneas de bajo.  Por supuesto no puedo ni debo dejar de mencionar a un fantástico Aldrich, un guitarrista que siempre cumple al 100%. Riff y batería se complementan perfectamente para introducirnos en la potente "Come alive", dura, eficiente, adictiva e incluso salvaje. Es muy curioso escuchar "Bustle and flow" y comprobar cómo siendo una canción que se ajusta perfectamente a lanzamientos anteriores de The Dead Daisies también suena mucho a la forma de encarar las canciones de Glenn Hughes. Quizás al final estaban predestinados a acabar juntos, y ojo, que mi pasión por Glenn Hughes no eclipse el anterior trabajo de John Corabi, otro de mis vocalistas preferidos del hard rock de los noventa. 

"My date" suena mucho más heavy, con ese riff pesado al que siguen unos apergios y la calma en la voz de Hughes para luego volver a golpearnos con el riff, en una perfecta conjunción de paz y guerra.  "Chosen and justified" se presenta más melódica, incluso se nota en la melodía de voz aunque sin dejar de tener ese riff omnipresente con las guitarras en un primer plano. "Saving Grace" nos muestra el enfrentamiento voz/guitarra, llevando el peso de la canción, al menos lo que se refleja en una primera capa, porque el trabajo de la sección rítmica durante la canción, mostrando esa sensación de dureza bien controlada y ejecutada es sencillamente brutal. El - bendito - problema de este "Holy Ground" es la dificultad para resaltar alguna canción por encima de la otra, cuando tienes la sensación de que la que acaba de sonar puede ser la definitiva, comienza otra que se instala en el mismo par, como es el caso de "Unspoken" y ese fantástica aceleración tras una estrofa más reposada que te atrapa sin condiciones. Por si fuera poco, The Dead Daisies revisitan ese clásico imperecedero que es "30 Days in the hole", que suena de vicio como no podría ser de otra manera y que además no desentona para nada del sonido general del álbum.

Vamos afrontando la parte final del disco donde nos encontramos con "Righteous Days", que mira por dónde, en la difícil tarea de tener que elegir una canción favorita del disco, tendría muchas papeletas. Si hay algo que se deber destacar de The Dead Daisies, es que a pesar de estar compuesto por personalidades muy fuertes, que evidentemente dejan impronta de su personalidad en cada una de las canciones, su capacidad de sonar como banda es sobresaliente. Para terminar, mis altavoces dejan de aullar para dejar volar esa maravilla llamada "Far away", muestra de tensa calma, feeling y excelsa demostración de clase, brillando todos y cada uno con luz propia. No voy a decir eso de que este "Holy ground" es uno de los discos del año, primero por manido y segundo porque vivimos unos tiempos en los que cualquier parecido con la realidad como hasta ahora la conocíamos, casi parece pura ficción. Pero que The Dead Daisies se han sacado un cañonazo, no de la manga, sino de este talento que atesoran, creo que muy pocos pondrán en duda. Yo voy rememorar Casablanca y lo voy a poner otra vez, porque al contrario que a Rick, no me va a pesar.

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