DEKTA -When everything burns

Sumergidos como andamos en la cultura de la inmediatez, esa vorágine que nos arrastra por un caudaloso río de información que pone en nuestras manos, oídos, ojos y cualquier otro sentido tanto que el desborde correspondiente conlleva muchas veces no ser consciente de si lo que dejas pasar es lo que deberías de retener y viceversa. Ello traducido al difícil mundo de la música lo trasladamos a una dificultad implícita para los grupos, aunque en principio pudiese parecer todo lo contrario, para que su música llegue a la gente. Y es que cuando hablo de actuar como receptor del mensaje musical que las bandas nos ofrecen, me refiero a prestarle la suficiente atención para ser capaz de descubrir cada concepto implícito y no pasar página cuando algo no hace mella de primera instancia. Una vez que somos capaces de centrar nuestra aplicación a un disco en concreto, la pelota cambia de bando y en el filo hilo que separa el asidero del precipicio, se contonea la capacidad de los grupos para ser capaces de proponer con la suficiente fuerza y fundamento, de demostrar que en un mundo donde prácticamente ponemos en funcionamiento el trillado dicho de que todo está inventado como escudo protector muchas veces para maquillar la mediocridad.


No es el caso de los barceloneses Dekta. Junto a una muy cuidada imagen escénica en la que el grupo juega con el anonimato que les ofrece las máscaras que forman parte de su presencia, ya apuestan fuerte. Pero por mucho que cuides el primer impacto, al final lo importante son las canciones, ahí es donde se triunfa o se pincha hueso. En el caso de Dekta asoman claramente vencedores. "When everything Burns" es un disco que ya planta la simiente en una primera escucha, dejando claro que estos tipos saben lo que tienen entre manos. Pero es recomendable ahondar en unas canciones que van mucho más allá de lo que pueden presuponer en un primer momento aunque ya incluso confirmen en él su buen resultado. Algo que siempre he valorado mucho de un grupo es cuando es capaz de escapar de la uniformidad de su sonido, de obviar que este deba ser homogéneo, siendo capaces de construir un variado universo a través de sus canciones pero sin que en ningún instante se pierda o diluya su personalidad. No es cuestión de presentar un batiburrillo de estilos que al final terminen hundiéndose en un naufragio  sin pies ni cabeza. Sin embargo Dekta son capaces de construirse y deconstruirse con una naturalidad pasmosa.



Abre el disco la canción que le da título, fuerza a raudales, partes agresivas de voz y una batería marcando los tiempos. Ciertos ecos a los Metallica del “Black Album”, a los Machine Head de "Burn my eyes" con los que comparten ADN. Continúa el ataque frontal gracias a ese marcado riff que comanda “Forgotten Innocence” en el que se hacen parte de un todo las partes más agresivas y las melódicas. Llega una de las primeras canciones que me parecen sobresalientes de este disco, "These Walls" en el que podemos encontrar rastros de ese metal de final del siglo anterior, primeros de este, adoptando un tono más oscuro y melódico pero sin perder potencia ni un solo instante. "All I want" recupera la fuerza bruta gracias a una batería que destaca de sobremanera durante toda la grabación y un contundente sonido de guitarras contrastando con la melodía vocal y un estribillo muy bien construido. 

Otra canción que destaca por mérito propio es "We belong" y es que Dekta han sabido aprovechar las virtudes del nu metal y despojarlo de sus defectos para aplicarlo a su concepto de música sin perder en ningún instante su personalidad. Una de las grandes cualidades del disco es ese combate continuo entre la melodía que propone la voz y la potencia de las guitarras como una batalla dual en la que ambos contrincantes terminan en una perfecta simbiosis. "Amandla! Awethu!" es un puñetazo directo, bien dirigido y mejor controlado, haciendo gala de una agresividad suprema en la voz que puede recordar a los momentos más salvajes de Phil Anselmo. Atentos a "You are gone" donde por momentos la voz trae a mi cabeza al gran Ian Astbury, como unos The Cult hiper vitaminados. "Untrully savior" vira hacia un tono más fuerte, de ritmo cortante golpeando en la estrofa.

El disco termina con una maravilla llamada "Dived" en la que de buenas a primeras varían de registro introduciéndonos en una atmósfera densa con el bajo tomando protagonismo, y la canción convirtiéndose en una noria de emociones. El gran mérito de Dekta es el de ser capaces de aunar sus influencias evitando una linealidad en la que suelen caer muchas veces este tipo de discos, consiguiendo que se enriquezca con la variedad que aportan pero sin perder en ningún instante ese nexo de unión en el que se haga patentes su personalidad. Un muy buen disco.



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