VOLBEAT - Servant of the mind

No sé si con Volbeat estaba sufriendo en mis carnes el fenómeno fan sin llegar a ser un fan empedernido de ellos. ¿Qué dices tío?. Me explico, o lo intento al menos. Hace ya un porrón de años, recopilé en un dvd un buen puñado de conciertos en video, de estos que emitían canales extranjeros para mi desespero y envidia, y que ahora encuentras con toda la sencillez del mundo en YouTube. Puede hacer casi quince años, así que no me preguntéis por el contenido de aquel dvd, aunque recuerdo que estaban Hellacopters, Judas Priest y otros que no logro acordarme ahora. Eso si, entre ellos Volbeat y lo cierto es que sin haber escuchado ni un solo disco del grupo hasta aquel momento, me sorprendió gratamente la energía de la banda en directo y por supuesto, las canciones.  

Aquella mezcolanza metálica de ramalazos punk y el arraigado poso del Rock And Roll más clásico los pusieron pronto de mi lado, al menos hasta "Guitar Gangsers and Cadillac Blood", último disco ante el que me rendí sin remisión. Luego fui echando en falta quizás potencia, mala leche o tal vez el sacrificio de su talante más heavy a la vez que veía una y otra vez el nombre de Volbeat en círculos donde tal vez, y de ahí lo de fan fatal sin llegar a serlo, me alegraba de su crecimiento paulatino y su reconocimiento público, pero preguntándome a cambio de que.
Pero parece que con este "Servant of Mind" las cosas vuelven a su cauce, al menos en lo que el estado actual de Volbeat permiten que retornen sin que pueda significar un retroceso en su posicionamiento mediático. Leer a Poulsen hablar de este nuevo disco e incidir en la contundencia como leitmotiv, oye pues ilusionaba. Y una vez degustado a gusto, valga la redundancia, este "Servant of the Mind" esta se confirma con el gran trabajo de Poulsen, Larsen, Caggiano y Boye Larsen. La influencia de los Metallica del "Black Album" vuelve a ser patente y protagonista. "Servant of the Mind" esta repleto de melodía sobre una base de contundencia que satisface a los viejos fans de la banda, y espero que también a los que se han ido incorporando durante el camino.

La fuerza se hace carne y la melodía verso en canciones como "Temple of Ekur" o "Heaven's descent" que brillan con luz propia. Pero también hay sitio para un trallazo pop como "Dagen Før" en la que Poulsen comparte voces con Stine Bramsen, esa mezcla de punk rock y Rock And Roll americano de "Wait a minute girl" o el rockabilly a lo Cramps de "The Devil Rages on" o el heavy metal de "Say no more" en la que reluce de nuevo la influencia de Metallica, aunque ahora pre "Black Album", mas concretamente como una revisión personal de "Jump in the Fire" o "The Sacred Stones" cuyo inicio me lleva a los discos de Black Sabbath con Tony Martin.

Aunque Volbeat hayan incidido en su parte metálica como sustento principal para "Servant of Mind", no puede faltar esa mezcolanza tan propia en las influencias del grupo que nunca han dejado atrás a la hora de componer canciones, como se hace palpable en "Step into light" y su guitarra surf. Si quieres tralla oscura y con fundamento, "Becoming" y además, tributo a Black Sabbath - esta vez los comandados por Ozzy - con esa intro de "Lasse's Birgitta". Con este nuevo disco, Volbeat dan un paso adelante y a algunos como yo, además una alegría. Cuidado, que no es que hayan arriesgado más de la cuenta ni se hayan desmarcado del camino que vienen cimentando durante todo este tiempo, pero esa incidencia en reivindicar el metal de nuevo, es de agradecer.


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