LOS DELTONOS - Craft Rock

¿Ha muerto el Rock And Roll?. ¿Se encuentra en vías de extinción?. La pregunta del millón dentro de nuestro reducido círculo de preocupaciones sobradas de autocomplacencia. Opiniones hay para todos los gustos, incluso más y es que a veces estas abundan  más que los criterios por muy estrechos que puedan estos llegar a ser.  Vivimos tiempos en los que la edad a muchos de nuestros héroes les hace estragos - más de los que les ha llegado a erosionar los vicios habidos y por haber - y su espíritu reside para siempre dentro del plástico de un disco que les otorga la inmortalidad. Pero además a la fatal lista de bajas que maneja la parca a ritmo de Blue Oyster Cult, se añaden nombres cuyo fin de camino se nos antoja precipitado si nos fijamos en la fecha de nacimiento. ¿A dónde nos lleva el futuro?. Me cuesta comprender el presente así que imagina lo poco que me preocupo en predicciones con o sin bola de cristal.


¿A qué había venido?. Ah, sí. ¿Tiene el Rock And Roll fecha de caducidad?. Savia nueva encima del escenario no le falta, pero debajo, no lo tengo tan claro, y eso es como aquello del árbol que cae en el bosque, ya me entendéis. A veces me visto de cruzado a la conquista de Tierra Santa y enarbolo la bandera de que con esto no habrá quien pueda. Otras el pesimismo se convierte en chaparrón de verano que por un instante puñetero no me deja ver el sol.  Cantan Los Deltonos en la canción que abre su "Craft Rock""Vale, vale, que sí, que sí. Ya no hay guitarras. Vale, vale, que ya no hay ni quién quiera tocarlas. La respuesta en dos palabras: estáis equivocados".  Oye, los cántabros saben tela de esto, así que su opinión hay que tenerla en cuenta, en consideración o en lo que mejor os parezca o convenga. 

Estos tipos son de los que no se rinden fácil, y llevan nadando a contracorriente en este mundo musical patrio, donde la mayoría de las veces vale más caer en gracia que tener atributos propios para que hablen de ti, sobre todo en un momento donde el producto estrella en las farmacias es la crema para los golpes de pecho autoinfligidos. Aunque haya pasado casi un año que este "Craft Rock" se presentase en sociedad, hoy aparece por la desarraigada barra virtual de este garito de opiniones personales. A mi me alegra muchísimo ver a Hendrik Röver dando guitarrazos con Los Deltonos, porque este tipo anda metido en tantos fregados que uno a veces se pregunta si le quedará tiempo para ese Rock And Roll de club lleno de humo y alcohol destilado que nos ofrecen Los Deltonos desde hace ya tantos años.

"Craft Rock" es lo que debe ser o al menos lo que yo espero de ellos, música directa y potente con esos riffs como seña de identidad y la base de blues arenoso reflejada de mil maneras, tanto de las añejas como de las actuales. Fogosidad y rocosidad de fábrica. ¡Y mala leche!. Desconozco si la que otorga las circunstancias o la edad, que también moldea el carácter de forma tangible. Por supuesto actitud, que el rock and roll son canciones pero también hechos, actos y palabras a riesgo de terminar siendo como Miguel Ríos. Cuidado que a mí los juramentos de pureza siempre me dieron repelús y me hicieron salir corriendo de muchos sitios como alma que lleva el diablo, pero ya lo decían Leño, "tenemos una historia y algo que decir, que no se vende el Rock And Roll". Eso me lleva por vía directa, mientras tomo mi segundo o tercer café humeante, con camisa de leñador y gato en la falda, a suscribir que Los Deltonos siguen siendo esa puñetera arma de destrucción masiva que necesitamos para este mundo de manoseados modelos superficiales aupados a la cima, el remedio contra la mediocridad que portan aquellos que llevan el ritmo en la sangre.

Maravillas como "Invencibles", con unas guitarras de esas que te ponen la piel de gallina, el blues con sabor a orilla del Mississippi y grandes paladas de distorsión de "Villano". El poderío cercano al hard rock de toda la vida de "A mitad" o "Así lo entiendo yo", el eterno aroma barbudo de "Conduzco yo". En definitiva, un puto disco de Rock And Roll sin aditivos ni conservantes, sin pretensiones de desestabilizar bases o raíces sino más bien de reivindicarlas y gritar bien alto que aún sigue habiendo sitio para el viejo y  malhumorado Rock And Roll, para brindar mientras mueves los pies y empuñar tu dedo medio bien firme contra aquel que pretende darte lecciones de vete a saber que. ¡Larga vida a Los Deltonos, al Rock And Roll y a las guitarras distorsionadas!.


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