MIKE CAMPBELL & THE DIRTY KNOBS - External combustion

Duermo bastante poco. A veces por obligación, otras por simple convicción. Hubo un tiempo en el que el camino era acostarme tarde, ahora pasa por levantarme temprano, mucho antes de que el sol tenga la más mínima intención de aparecer por el horizonte. Puede que sea un jodido defecto de fábrica combinado con una arraigada creencia sobre la importancia del presente por encima del pasado y sobre todo del futuro. Uno carga con su penitencia que pesa menos con cafeína. 

El desapego a las sabanas me conduce muchas veces a escribir a horas que alguno considerará intempestivas, pero por alguna extraña razón pienso  que aun mi cabeza no se ha intoxicado del mundanal trasiego del día. Incluso el embotamiento propio del cansancio acumulado me hace percibir sensaciones  y modos que quizás no sean los más adecuados, correctos u objetivos, pero surten el efecto de desbloquear  los sentidos y otorga  libertad para exprimir el mensaje a su manera.

Miro el reloj y son las seis, pero no, no voy a sintonizar a los Stones, menos aún conociendo los precios de su próximo concierto por tierras hispanas perteneciente al tour "It's only money (but I like it)". Apago la tele. Acabo de ver un par de episodios de una serie a la que ando enganchado, y que cuando termine tal vez le dedique unas líneas en el blog. Enciendo el ordenador para leer las noticias. Ultimamente nunca son buenas independientemente de la hora a las que las leas - y no solo en el devenir del mundo en general, la incipiente mañana me dice que a Chuck Prophet la vida le presenta batalla, ¡mucha fuerza Chuck! -. A veces no me extraña que nos estemos convirtiendo en una sociedad experta en todo y graduada a través de mensajes de WhatsApp, porque los noticiarios han dejado de ser críticos excepto con aquellos que se sitúan en la acera contraria a su mejor postor. En el mundo de los ciegos, Iker Jiménez es el rey. 

Mi cerebro desliza a mis dedos sátiros comentarios sobre la realeza pero hoy no me apetece ponerme botas de agua para meterme en charcos. Otro día quizás. La única realeza en la que creo es la del Rock And Roll, una soberanía de apátridas, aunque cada vez menos. Eso sí, aunque observe con admiración la mesa donde brindan las majestades de esta música nuestra, prefiero sentarme en la de los cortesanos donde se oyen historias de alcoba a ritmo de vasos on the rock. Seguro que Mike Campbell conoce muchas. Toda una vida sentado a la izquierda de Tom Petty, actor secundario sin el que tal vez la película hubiese sido distinta porque no olvidemos su participación compositiva en canciones como "You got Lucky", Here comes my girl", "Running down a Dream" o "Refugee".



Mike y sus The Dirty Knobs tienen nuevo disco, el segundo después de Petty. Tantos años a su lado se notan, consciente e inconscientemente. En "External Combustion" su espíritu vuela libre por las composiciones, como parte de un legado que también lo es de Mike Campbell, infatigable compañero durante tantos años, durante tantas canciones. "External Combustion" puede parecer un ejercicio de añoranza y la continuidad de un camino. Mike Campbell & The Dirty Knobs representan los ecos más rockeros, la compañía de las guitarras como camino a la tierra prometida. Jason Sinay, Lance Morrison y Matt Laug son los apóstoles de la combustión externa. Margo Price, Ian Hunter y un viejo camarada como es Benmont Tench, invitados a la altura de la ceremonia.

Once canciones, 45 minutos, una duración que siempre me ha parecido la idónea para un disco, aquella que cabía justa en una de la caras de una cinta virgen de 90 minutos. Once canciones de viejo rock and roll con sabor a carretera, a vida, a no sentirse igual al resto de los mortales aunque sea tan solo durante estos tres cuartos de hora. Un disco crudo, directo, que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Sabor puro americano por los cuatro costados, vientos al sur, Rock And Roll electrizado, como el que se marca con Ian Hunter o a corazón abierto como el intenso medio tiempo junto a Margo Price. Para que alargar esto mas de la cuenta, hablar es barato ya nos lo dijo Keef o el propio Mike Campbell en este disco. Preferible subir el volumen y dejarse llevar. Los primeros rayos de luz comienzan a filtrarse por las persianas en directa competencia con la lluvia que golpea los cristales. ¡Tócala otra vez Mike!.





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