RESEÑAS EXPRESS LIBROS: STEPHEN KING/ SANTIAGO EXIMENO / NICKOLAS BUTLER/ PHILIP KERR
Hace ya bastante tiempo, leí a alguien que cuando no terminabas de conectar con un libro no debía importarte dejarlo medias. Y para mí fue como encender una luz en plena oscuridad, porque era de los que se obligaba a terminar cada libro que comenzaba incluso a riesgo de terminar convirtiendo algo tan placentero como la lectura en casi un suplicio. Lamento no recordar a quien leí semejante consejo, más aún porque era alguien anónimo en una red social, pero desde aquí mi más merecido respeto y reconocimiento. Dicho y hecho.
Este año, a principios devoré una serie de libros, uno detrás de otro, con ese ansia que entra cuando te sientes realmente a gusto. Sin embargo, a continuación, me he topado con varias lecturas que he decidido abandonar, saltar por la borda. Y no hablo de uno ni de dos, maldita casualidad, supongo. Unos tal vez los vuelva a abrir en un futuro, otros, me da la impresión de que pasarán al cajón de aquello que pudo ser pero jamás llegó a realizarse. Y cuando eso me pasa, recurro a mi caballo ganador, Stephen King. Después, he vuelto a rodar con firmeza por la carretera de las letras impresas. Aquí os dejo unos comentarios sobre algunos libros - no de temática musical, que a esos les dedico su propio artículo - que he disfrutado no hace demasiado:
STEPHEN KING - El Visitante
Esta vez el viaje lo he realizado al revés, primero la vuelta antes que la ida. Una vez vista la serie no podía tardar demasiado en desafiar al libro. Pocas veces me defrauda Stephen King. Debo reconocer que se lo pongo fácil donde otros colocan piedras en el camino. Esta vez no ha sido el caso. He disfrutado El Visitante con ansia, ganas, interés. Stephen King tiene la capacidad de crear en sus obras una parte central de la trama de la que ya no puedo escapar. Esa radiografía que hace tantas veces de la América profunda como quien no quiere la cosa no tiene precio. Stephen King siempre me ha parecido a la literatura fantástica como Bruce Springsteen al rock. Ambos son contadores de historias que retratan a la gente que vive enraizada en la tierra y son capaces de describirlas de la manera más llana y precisa.
Todos conocemos los defectos de Stephen King. Sus fans, lo sabemos mejor que nadie aunque hagamos la vista gorda. Sin embargo con El Visitante me encuentro con el Stephen King más puro y en estado de gracia. Llevaba tiempo sin volver a perderme en sus párrafos, como te pasa con esas bandas que adoras sobre todas las cosas aunque últimamente no truenen en tus altavoces, que los reencuentros son especiales, y en este caso, satisfactorio.
SANTIAGO EXIMENO- Condenados
Curioso, muy curioso este libro. El juicio final deja sobre la tierra una legión de muertos vivientes que satisfacen su hambre no solo con los pocos supervivientes sino también con los ángeles que después de su misión purificadora, siguen buscando la puerta de regreso al cielo, mientras tratan de exterminar los restos de vida en la tierra. Cierto es que la historia da la sensación de dejar algunos flecos que se hacen tan evidentes como necesarios, pero comprensibles cuando conoces que este libro fue parte de un concurso literario en el que existía un tiempo determinado y una longitud establecida para la obra presentada.
A pesar de la evidencia de que la historia da para mucho más, su buen desarrollo hace que estas se queden en la palma de la mano y que no tengas la sensación de encontrarte ante una historia mutilada o que cuyo autor no haya sido capaz de desarrollar, sino todo lo contrario. "Condenados" es capaz de mantener la atención durante todo el libro, del primer al último capítulo, abriendo brecha en el a veces excesivamente acotado mundo zombie, proporcionando un argumento capaz de satisfacer. Un libro que quizás algún día su autor decida hacer una revisión.
Ufff, sensaciones encontradas con esta novela de Nickolas Butler. Por un lado, la situación, las vivencias, las costumbres, la manera de entender la vida... parece que estas escuchando un disco de Bruce Springsteen en su faceta de trovador norteamericano, lo que hace su lectura muy amena y además consigue mantener la atención en todo momento además de la diversidad de protagonistas, cada uno con su propia historia que de una manera u otra está relacionada con el del resto.
¿El problema?. Pues que una vez leído, la sensación es de ¿y ahora qué?. La idea de que falta algo, que la historia termina a quemarropa, aprovechando que el título me da la facilidad de utilizarla para mi conveniencia. Para que nos entendamos, sobre todo los que ya calzamos unos años, "Canciones de amor a quemarropa" podría ser tranquilamente una adaptación sureña de Melrose Place o Sensación de vivir, trasladada unos protagonistas ya en la treintena pero que a veces transitan más en una realidad fantaseada incluso en sus propias relaciones que en un supuesto traslado de las idas y venidas de un grupo de amigos a los que los vaivenes de la vida aleja y acerca como olas a la orilla. Entretenido pero falto de sustancia.
Ante esta novela negra de Philip Kerr hay que hacer una aclaración. Si eres aficionado al fútbol y sobre todo a la Premier de hace un par de décadas, te vas a sentir como pez en el agua, con todos esos nombres de futbolistas, entrenadores y partidos que salen una y otra vez a colación durante sus páginas. Ahora, si buscas una novela negra pura y dura, seguramente sea mejor pasar de largo. El protagonismo cae sobre la figura del segundo entrenador de un equipo comprado por un millonario, que podría ser tranquilamente el Chelsea, el asesinato de un entrenador portugués de marcada personalidad, que te trae rápidamente a la cabeza a Mourinho, aunque este sea nombrado durante el libro, quizás para quitar hierro al asunto.
La investigación en sí es floja, o mejor dicho, liviana. Se aleja de los bajos fondos que suelen ser fundamentales en tantas novelas negras para denunciar de forma velada - en mayor o menor medida, según el momento - el mercantilismo del fútbol actual. ¡Cuidado!, que estoy dando una impresión negativa de la novela y lo cierto es que devoras sus páginas con avidez y diligencia, además de construir con inteligencia el desenlace final. Lo dicho, un libro atractivo para futboleros y que seguramente al que no le interese el deporte del balón, le resulta excesivamente falta de sustancia.
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