RESEÑAS EXPRESS: WARRIOR SOUL/ THE COURETTES/ AMORPHIS/ MARCUS KING
Ya sabéis que Elton John cantaba aquello de que las noches de los sábados son estupendas para pelear, pero el resto del día también tendremos que aprovecharlo en algo antes de qué caigan las luces y se enciendan los corazones. Así que mientras decimos adiós al camino de ladrillos amarillos con un gesto de desaire y esta premeditada despreocupación tantas veces ensayada frente al espejo, subid el volumen y disfruta de unos cuantos discos que te dejo aquí, bien para que les des una oportunidad si no lo habías hecho o vuelvas a escucharlos en este bendito invento denominado fin de semana.
WARRIOR SOUL - Out on bail
Habrá quien se queje de que la formula sigue siendo la misma. Hard rock, punk, mala leche y riffs cavernosos. Reivindicaciones propias de un estilo de vida, golpes en la mesa marcados por una conducta contraria al visto bueno de la mayoría moral. Tal vez. Pero es lo que hay y lo que al menos yo quiero de alguien como Kory Clarke, de una banda como Warrior Soul, sea quien sea el que acompañe al líder y alma del grupo. ¿Os imagináis a Kory haciendo de cantautor con un puto ukelele?. Ni de coña, y afortunadamente, no creo que nunca lo veamos, aunque cosas más extrañas hayamos presenciado en el show business del Rock And Roll. Desde que el disco abre con ese implícito "We're alive" no hay margen para dudas. Disponte a pelear colega. Antes de este disco, Warrior Soul se marcó un disco de covers en el que dejaba claro de que pie cojeaba. Pues eso es lo que hay, ya sabes a qué atenerte.
THE COURETTES - Back in mono
Si te preguntan por la definición de vintage y le hablas de una brasileña, un danés y el legado de Phil Spector, como no esté versado en este mundo nuestro, posiblemente su reacción sea la de cara extraña y pensamiento difuso. Pero sí, The Courettes son la respuesta. Este tercer disco del dúo es puro homenaje al espíritu de Spector. Un continuo vaivén de influencias de los cincuenta y sesenta, época donde la magia del productor se constituyó como base para mucho de lo que vino detrás. Rockabilly, surf, beat, garage, pop con ínfulas soul... con un martini blanco en la mano, gafas de sol y el sueño americano por cumplir. Una banda sonora predispuesta a hacerte viajar a tiempos pasados, posiblemente idóneo en estos momentos en los que un término como la guerra fría vuelve a aparecer en el vocabulario colectivo.
AMORPHIS - Halo
¿Queda alguien en la sala que cuando hablamos de Amorphis diga aquello de: "a mí es que "Tales from the Thousand Lakes"...?. Espero que no. Mas aún teniendo en cuenta que los fineses en los últimos tiempos nos regalaron un disco como"Queen of time", a una altura que muy pocos son capaces de colocarse. Pero tampoco nos obcequemos ahora comparaciones no necesarias que no vienen a cuento. Amorphis, al contrario que otros compañeros de generación que decidieron dejar entrar la luz en su sonido, han conseguido mantenerse como una banda de esencia característica y no convertirse en un excelente pero vulgar grupo más como puede ser el caso de Opeth, que perdieron todo valor diferencial por mucha calidad que puedan atesorar sus grabaciones.
"Halo" es un gran disco, con la claridad ya aposentada en sus carnes pero la oscuridad todavía anidando en sus entrañas. Una majestuosa construcción de fuerza y melodía, donde caben desarrollos intrincados, arrebatos folk, sonidos propios del hard de los setenta y la sanguinolenta esencia del death metal, con estribillos muy trabajados y una presencia instrumental de mucho calibre. ¿Está "Halo" un poco por debajo de "Queen of time"?. Puede ser, pero es que hablamos de palabras mayores. ¿Es un disco soberbio?. Por supuesto.
MARCUS KING - El Dorado
Ya sé que "El Dorado" tiene dos años a sus espaldas, ¡pero nunca dije que esto de las reseñas express fuese algo destinado a las novedades!. Es mas, los habituales ya conocéis el carácter anárquico de este blog. Entonces, ¿por qué traer este disco a estas alturas?. Pues porque llevo unos días recuperándolo de nuevo. Primera incursión de Marcus King sin su Marcus King Band como acompañamiento. Todo ello además con Dan Auerbach en la producción, que se lo llevó hasta Nashville - con el riesgo de contagiarse del aséptico sonido que a veces parece salir como una producción de factoría de aquellos lares - y le colocó un par de músicos de probada solvencia. Efectivamente, "El Dorado" es más cristalino, aseado, pulcro en comparación con lo que Marcus no tenía acostumbrado con su M.K.B. ¿Y eso es malo?. Pues según cómo lo mires.
La producción de Auerbach queda latente, colocando en primer y principal plano la voz de King, como centro de atención alrededor del que gira todo. Un excelente compendio de Southern soul, country refinado y acaramelado, blues rock, aromas sureños, pero en el que se echa de menos mayor presencia de la guitarra de Marcus King, y por eso lo disfruto mucho más cuando suenan canciones como "The well" o "Say you Will". También tengo que decir que esa "Young Man's Dream" me recuerda al mejor Rod Stewart y eso para mí es gloria. Cuidado, a pesar de las pegas que se pueden interpretar en mis palabras, "El Dorado" es un disco que me sigue gustando muchísimo.
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