JOLLY JOKER - Loud & Proud

No voy a negar que siento un cariño y devoción especial por los valencianos Jolly Joker, una banda que lleva apareciendo en este blog desde hace tanto tiempo, 2010 si no recuerdo mal,  fue la primera vez con aquel e.p.  que los colocaba en mi faro de atención. Luego llegaron "Sex, Booze & Tattoos", "Here comes... The Jokers" y "Never say forever" además de haber sonado más de una vez en El Podcast de Motel Bourbon e incluso en aquel programa de radio que hice en una radio local. Una vez dada fe y muestra de cómo se las gastan estos tipos en estudio, no podía faltar la cita con su directo, que llegó en 2019 en el Electric Rock Day donde confirmaron que eran unos auténticos animales de escenario y donde pude conocer a Lazy Lane, al que alguna que otra vez he pedido además consejo respecto a alguna variedad de Jack Daniels, brebaje por el que ambos profesamos fervor. Por eso me alegro muchísimo cuando veo el nivel de popularidad que van adquiriendo y como siguen navegando viento en popa en este complicado mundo del hard rock, sobre todo dentro de este país donde somos peculiares hasta para lo que nos gusta.


La evolución de Jolly Joker ha sido palpable, una capa tras otra sin dejar de vista ese hard rock/sleaze influenciado por todo aquello que nos llegó de EEUU a final de los ochenta pero avanzando firmes, añadiendo melodías que se enraizaban con los sonidos que llegaron a finales de siglo pasado de buena parte del norte de Europa e incluso cristalizando alguna que otra influencia power pop que se ha podido hacer más o menos presente a primera vista en alguna que otra ocasión. "Loud & Proud" aglutina todos los ingredientes necesarios para señalar alto y claro un antes y un después. El comienzo de "I don't care" trae a mi cabeza el "Outta get me" de Guns n' Roses pero es tan solo los segundos iniciales porque rápidamente  vira hacia ese hard más actual que facturan gente como Hardcore Superstar o incluso la actitud punk de Backyard Babies que también se puede apreciar en "Sky is so high" donde también conviven las influencias de ese hard rock de los noventa más crudo que ponían en práctica bandas como Junkyard.

"Blood velvet" es puro sleaze de los primeros noventa con ese aire infeccioso a lo Circus of Power jugando estupendamente con la estrofa y sobre todo gracias a un fantástico trabajo de guitarras. Se endurecen con "The Chance" con un riff marcado y poderoso que por momentos coloca sobre la palestra la influencia de Tommi Iommi y una melodía de voz a lo Sebastian Bach dejándonos una canción que hereda esa fuerza bruta de un disco como "Slave to the grind". Sorprende el paso adelante con "Fortune Teller" y su querencia sureña donde la batería marca perfectamente el ritmo que nos lleva a un gran estribillo donde manda la melodía. "Motor" atesora un sonido mas clásico, riff en primera línea, ejecución perfecta de Lazy Lane en las voces brillando en ese muy buen estribillo. "Voodoo nights" me lleva de vuelta a los Jolly Jokers de tiempos anteriores asentándose en el hard de los ochenta de estribillos pegadizos.



"Nothing's sacred" posee un comienzo a lo The Cult pero rápidamente vira hacia un hard festivo donde se vuelven a apreciar influencias nórdicas coronado con un estribillo para desgañitarte en directo. Recuperan la energía punk en "Devil's hand" a los Supersuckers o Social Distortion. Para cerrar el disco, nos encontramos con "New Orleans" que es puro Rock And Roll, que si nos ceñimos a los que llevamos disfrutando de esta música desde hace ya décadas me retrae los primeros Quireboys y si tiramos hacia atrás a Humble Pie por ejemplo pero con un añadido de fuerza y potencia que queda presente sobre todo al llegar al estribillo. El hard rock sigue vivo y presente y aunque su lugar ya está lejos de grandes portadas y alabanzas varias, bandas como Jolly Joker se empeñan en reivindicarlo de la mejor y única manera posible, a base de grandes canciones.

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