TED NUGENT - Detroit Muscle (2022)

Muchas veces pienso que en el caso de Ted Nugent, el personaje se ha comido al músico y bueno, es cierto que el guitarrista suele expresar a boca llena opiniones y pensamientos, con los que personalmente choco de frente en más de una ocasión. Pero una vez dejado claro que no tengo interés alguno en ser colega de Ted, cosa que tampoco es que se fuese a dar aunque vete tú a saber, que no pienses que este tipo es una rara avis en este mundo nuestro del rock and roll porque he tenido conversaciones que se pueden tildar casi de surrealistas con músicos que acumulan a sus espaldas muchos kilómetros por todo el mundo como para verter opiniones que no es que me hagan echarme las manos a la cabeza sino que me parecen ridículas en si mismas. 

Obviando todo aquello, centrándome en lo que me importa en este caso que es la música, Ted Nugent desconozco si será un dechado de talento como guitarrista pero si afirmo sin ningún tipo de duda que es uno de esos guitarristas que a mi me vuelven loco, con su forma incendiaria de tocar, un dechado de brutalidad intrínseca que pega fuego a su instrumento con cada riff y cada solo. Como en cualquier músico con una dilatada carrera a sus espaldas, Ted Nugent tiene discos en los que puedes pensar que está mas o menos acertado, pero ay amigo, cuando el tipo está en lo que está es pura dinamita.

Setenta y tres tacos y reivindicando su Detroit natal, así se nos presenta Ted y además dejándose de medias tintas y marcándose un disco guitarrero, donde no da tregua a base de riffs y solos de esos que tanto me gustan. Que sí, también hay por aquí alguna que otra letra donde el tufo es tal vez excesivo pero no creo que nadie a estas alturas se vaya a sorprender viniendo de donde viene. Junto a Greg Smith y Jason Hartless prenden fuego, dinamita mediante con canciones que son puro rock and roll, a veces alineadas en los frondosos terrenos del hard rock como la que abre  y da nombre al disco, "Come and take it" con esos coros iniciales y esa batería que acompañan al omnipresente riff o "Feedback grindfire" dura y acelerada al límite.

También hay sitio para el rock de corte mas clásico como en "Drivin' blind", el Rock And Roll acelerado de "American campfire". Lo cierto es que exceptuando esa manía de meter el himno norteamericano para cerrar el disco, que si me dan a elegir, ya lo hizo Hendrix en su día con más maestría y salvajismo, "Detroit Muscle" es un disco de canciones sobre todo, aunque Ted deje claro en todo momento que es su grabación, su música y que su guitarra debe de estar siempre presente presumiendo de fuerza y garra, pero poner a volumen considerable canciones como "Just leave me alone" o "Born in the Motor City" con sus aires sureños. "Detroit Muscle" es Ted Nugent, en esencia, en pureza, en raza, pero como guitarrista - vale, en algunas de sus letras, en su aspecto más polémico - pero a mí me pone muchísimo cuando este tipo se dedica a forzar de esta manera su guitarra.

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