TIPARRAKERS -Noche trankila (2022)


Mira que nunca me ha gustado pretender dar lecciones de nada porque me jode muchísimo cuando cualquier enterado de medio pelo, de esos que ahora abundan en las redes sociales, que hicieron mucho bien democratizando las opiniones pero a su vez abrieron las puertas al monocromático estado de opinión por encima de los temas. No me suele hervir la sangre porque lo mejor que me han dado los años que voy cumpliendo es esa sensación placentera de sudármela cada vez más cualquier asunto del que no pretendo ni quiero formar parte. Pero a veces caigo, como buen pecador al que la gula, la pereza, la envidia - aunque sea sana si eso existe - y la lujuria le vienen de fabrica en el frenético cambio de marchas que me empuja a enervar la sangre en el infiernillo de la vanidad. Principalmente con el punk de por medio y es que no existe movimiento mas bastardizado por la pléyade de moradores de una nueva vanguardia de celosos acreedores del conocimiento como si aquello importase realmente para algo. Y ya os digo que para alguien que vienen, de entre otras muchas cosas, de haber tratado de preparar la vida al ritmo de Sex Pistols, The Exploited, G.B.H., Eskorbuto, La Polla o La Banda Trapera del Río entre muchos otros, observar ojiplático el libre albedrío con la que la gente se apropia de ese espíritu trasgresor, nihilista y contestatario para domesticarlo aplicándolo en un ejercicio impropio de onanismo cultural que vaya a saber para que coño servirá.

El punk rock brama salvaje en las venas gracias a gente como los norteños Tiparrakers, que siguen abriendo brecha con su rock combativo de guitarras furiosas y melodías encontradas. Siempre los he definido con un viaje certero de Melbourne a Bilbao por toda la orilla, y es que Tiparrakers es una de las bandas preferidas de este blog, que ya han pasado por aquí con "Delirio Tóxico", "Luego estamos", "Muy fuerte", "Señales de humo" y su último lanzamiento hasta ahora, "Elige tu camello". Como podéis comprobar una banda muy querida entre las paredes de este reducto personal al que dedico horas de mi tiempo como mucho gusto para satisfacer mi necesidad de hablar de música y con la profunda suerte de que hay gente que lo lee. "Noche trankila" es el nuevo trabajo de estos auténticos currantes del Rock And Roll abrasivo y arrollador. Precisamente la canción que da nombre al disco es la encargada de derribar a patadas las paredes. Tiparrakers no especulan, no se andan con medias tintas, no pretender ser falsos profetas de nadie. Guitarras en primer plano, sin concesiones como si acaso hicieran falta.

Ese bajo en primer plano nos planta frente a la cara los acordes de "Buen rollo", sin pelos en la lengua, retratando a peña de ese pelaje que seguro que tú al igual que ellos conoces a unos pocos. Aceleran el ritmo con "Controlo" mientras la voz adopta ese tono chulesco y macarra tan natural como propio. Tiparrakers tienen claro su camino y su destino pero no por ello andan a piñón fijo sino que saben como variar su sonido sin que pierda en ningún instante señas de identidad y eso lo comprobamos en "Fuego dentro" de espíritu más melódico que no se por que pero me trae a la cabeza ese rock del norte de gente como Doctor Deseo. La distorsión acapara protagonismo con "Relato tenebroso" que muestra unas guitarras propios del rock clásico junto a un riff estupendo. Fuerza a raudales con "Don Nadie" en el que las líneas de voz son muy reconocibles, muy Tiparrakers. "Se te ve" es de puño en alto y movimientos eléctricos y violentos, punk afilado y visceral, llamando a las cosas por su nombre.


El disco lo cierra "Cuchillos", puro Rock And Roll de maneras aceleradas y peligrosas, de paso marcado por la chulería. Tiparrakers es de esas bandas que tienes que querer a tu lado porque el Rock And Roll es cosas de camaradería y miradas desafiantes no de divas en sofás de terciopelo. Cada vez que Tiparrakers saca disco nuevo lo celebro como si fuese la primera vez, como si no existiese un mañana porque en tu puñetera vida debes saber quienes son los que caminan a tu lado y en el mío, ya os digo que siempre pondré a estos tipos que rockean a caballo entre Bilbo y Barakaldo.







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