JM CONEJO - Caminos del este (2022)

Hace ya cuestión de unos meses, tuve la suerte de poder compartir unas cervezas, varias risas y distendidas charlas sobre música con Jose Alfonso Camacho y JoseMari Conejo de los linenses Zoo!, banda bastante habitual por este blog. Me gusta poder encontrarme con tipos "más pesados" aún que yo cuando me pongo con alguien a hablar de música. Me gusta la gente a la que desborda tanto la pasión que esta se convierte en desmedida y exagerada, porque se termina hablando desde la adoración a las canciones que te han dado vida y no desde la fanfarronería de aquel que pretende erigirse en el primero de la clase.

Compartimos anécdotas, gustos, opiniones cercanas algunas, lejanas otras. Es solo Rock And Roll, ¡pero y lo que nos gusta a los tres!. Hablamos de esos discos que pensamos que merecen ser reivindicados aunque nos quedemos solos contra el mundo, de las canciones que se quedaron grabadas en la memoria, y de las que de pronto vuelven cuando escuchas su nombre al otro lado de la mesa. Hablamos de la música de Zoo!, de cómo las ganas termina venciendo al angosto camino de piedra que tantas veces es tratar de hace música en este país, y por supuesto, también hubo tiempo para este último disco de JoseMari.

Es curioso la percepción que la música hace habitar en las personas, las sensaciones que abarca y que anida en tu cabeza y al fondo de la caja torácica. Le contaba a JM que su anterior disco, "Lontananza", como me sabía a Cádiz. No por sonidos autóctonos ni guiños archiconocidos, sino por ese sabor a viento de levante, a cara a cara en una sombreada calle estrecha o el soñar a pecho descubierto en una playa de Zahara, como me pasa con mi paisano Javier Ruibal, que durante muchos años fue mi antídoto contra la nostalgia cuando vivía lejos de este sur del sur de sensaciones encontradas. Cuando se lo conté a JM, con gesto sorprendido me confesó que esos aromas influyente a él le sabían a una localidad italiana - disculpa amigo mi mala memoria para no recordar su nombre -, y digo yo, quien mejor que el propio autor para saber de donde viene su obra. Pero esa es la magia de esta fuerza inestable llamada música, que es capaz de crear en el receptor su propia realidad.

JM sigue apostando al negro y ahora con su JM Conejo Trío da a luz este "Caminos del este" donde sigue perdiendo el medio a quedarse en medio de ningún lugar por hacer una música tan personal y propia que no encaja en esos restaurantes de comida rápida en el que ha terminado convirtiéndose para muchos el noble arte de escuchar canciones, en un aprende rápido que ya llega llamando a la puerta el próximo. Junto a Carlos Junco y Jesús de la Yesa nos encontramos a un JoseMari Conejo y su particular y personal voz, como trovador de casapuerta adyacente que no sueña con un Nobel sino con poner las emociones en bandeja para que hagas buen disfrute de ellas. Vuelven a haber versiones, de canciones que han dejado el poso suficiente para pagarles tributo y por supuesto sus propias historias musicadas y sin complejos ni prisas algunas. "Caminos del este" es un disco que disfruto mas con cada escucha, porque voy descubriendo ese pequeño detalle que antes me dejé atrás. Estos "Caminos del este" tiran de brújula y mapas de navegación y bailan con los sonidos de Brasil, con el vals travestido.

Se echa a la espalda, el pecho y la entrepierna sí hace falta un "All of me" que inmortalizaran gente como Sinatra o Billie Holiday llevándola a su terreno, con la humildad de aquel cuya destreza destaca desde lo más adentro. "Odara" de Caetano Veloso o "Strade Dell' Est" de Battiato también se convierten en propias aunque yo sobre todo quiero a ese JoseMari contador de historias cercanas como las de "Plaza Fariñas". o "Berlín" con la que no he podido resistir alguna sonrisa de conformidad con tu letra. ¡Tenemos que volver a encontrarnos, para entre vasos llenos y vacíos, volver a comentar las sensaciones arropadas con este "Camino del este".

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