THE BLACK CROWES - 1972 (2022)

Aunque comparto la pasión por los Cuervos Negros, y reconozco que más aún por cuando deciden que la electricidad sea la que guíe su camino, me tomo este disco de versiones con cierta reserva, porque a fin de cuentas, aunque creo que este tipo de discos son y aprovechando que ando metido de lleno en estos días en Juego de Tronos, que los Lanister siempre pagan sus deudas. Pero no por ello no deja de ser una especie de divertimento que quizás por ese excesivo engrandecimiento que a veces parecen recibir The Black Crowes puede llevar a elevar este puñado de canciones paridas originalmente por cierto en mi año de nacimiento, más allá del valor que tienen. 

Dicho esto, que nadie malinterprete mis palabras, o si, que a estas alturas aquí hemos venido a divertirnos y el resto nos da igual, no quiere decir que estos tipos que conservan la mejor tradición del Rock And Roll, incluyendo ello su comportamiento y ego desmesurado hasta límites insospechados, te dejan uno de esos discos que no solo disfrutas porque las canciones - y ahí evidentemente no es mérito de ellos - invitan a ello, sino que son un pasaporte a volver a rescatar las originales y de todos modos disfrutar al máximo de la clase que tienen los hermanos Robinson y compañía, porque no olvidemos que en estos momentos la banda son los Robinson y un puñado de buenos músicos que les acompañan hasta que su carácter les haga tomar otro camino.

Y creo que he dejado que mi arsenal de halagos, porque las grabaciones, que las bordan, lo merecen, copen esta primera parte pero también es justo decir que tampoco se han preocupado en bucear excesivamente más allá de lo que todos proveemos que es parte fundamental de la existencia de The Black Crowes. Que haya canciones de los Stones, Rod Stewart y los Temptations es de una lógica aplastante, para cualquiera que adore la música de esta gente, como tampoco hubiese extrañado si se hubiese dado la oportunidad, de colarse canciones de Humble Pie, los Faces o Led Zeppelin. Que estos discos terminan muchas veces en el cajón del olvido, pues seguramente. Que los tipos se lo hacen de puta madre, ¡ni lo dudes!. Uno de esos discos para poner en casa a todo volumen o devorando kilómetros sin fin.


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