ZACH BRYAN - Summertime blues (2022)

Ultimamente parece que sufrimos una sobredosis de sonido Americana, country rock o como coño queráis llamarlo. Nada nuevo bajo el sol. Ocurrió con anterioridad con otros estilos de música. Y pasará en un futuro próximo y seguramente también en uno lejano. Reconozco que tanto músico presumiendo de raíces aunque le pillen lejos, tanto aficionado brotando de cualquier rincón de las RR.SS. y gente de medios de comunicación que parece que nacieron bajó el capó de un Buick y en vez de traer un pan debajo del brazo, llevaban bien agarrado un banjo me termina produciendo cierto hastío. Tanto, que últimamente, como si fuese Maradona en sus mejores momentos finto y regateo con destreza y rapidez muchos de los lanzamientos que se acumulan en estos últimos tiempos. 

¿Eso lleva implícito perderme muchas cosas que probablemente merezcan la pena y mi intención?. Pues seguro, pero os aseguro que sabré vivir con ello sobre mi conciencia si soy capaz de encontrarla para esta ocasión. Aunque la criba sea indiscriminada y sin  criterios determinados, arrojo fuera del granero otros que pasaron por el olvido de la pira sin merecer o desmerecer demasiado.

Seguramente no me hubiese fijado en Zach Bryan sin la historia que tiene detrás. El puto sueño americano de un chaval de pueblo que cuelga su fusil con el que invadir algún país lejano -para devolverles la libertad hombre, no seas mal pensado- y lo cambia por una guitarra con la que junto a voz desnuda entone himnos donde reivindicar la clase obrera tan denostada por si misma tantas veces por aquellos lares ("Quittin' time"), la pena de verte marchar ("Oklahoma Smoke show"), la añoranza de los viejos tiempos, sean buenos o no ("Us then") o la eterna amargura de los amores perdidos por el camino ("All the time"). ¡Cuidado!. Estoy pasando muy por encima por la historia de Zach, dando por hecho que la conoces. La suya es una biografía de lagrimas contenidas, gesto compungido y puño cerrado en mor de la épica. De esas que dan para biopic a estrenar en tu plataforma televisiva preferida. Y no albergo duda alguna de que  si fuese rodada en nuestro país, algún reconocido periodista musical exigiría en un artículo de opinión a doble espacio, los papeles protagonistas para Rosalía y C Tangana en nombre del progreso.

No nos desviemos del meollo que no es otro que las canciones de Zach Bryan, un contador de historias con suficiente credibilidad y arraigo para que su música suene honesta y emotiva. Desconozco si Zach será el orgullo de esa Oklahoma que tantas veces nombra en sus canciones, pero sin lugar a dudas, algo tiene que es capaz de concentrar mi atención en aquello que ha venido a contar y cantar. Disfruto de este "Summertime blues", un e.p. de nueve canciones, muy en su onda, pues su larga duración "American heartbreak" constaba de treinta y cuatro. Seguramente las respuestas estén flotando en el viento, pero como en esta estación del año comienza - en teoría - a refrescar y las ventanas comenzamos a mantenerlas cerradas, seguiré confiando en mi instinto para equivocarme.

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