MICHAEL SCHENKER GROUP - In the midst of beauty (2008)

Define la R.A.E. anhelo como el deseo vehemente de algo. En mi caso, entre otras muchas cosas, estaría el que Michael Schenker volviese a sacar disco con Graham Bonnet. Pero a pesar de ello, reconozco que si me preguntan por el vocalista más clásico de la formación de rubio guitarrista alemán, la respuesta es Gary John Barden. Por lo tanto, también podría hablar de deseo durante mucho tiempo soñando con un regreso de este a las filas de MSG. La celebración del 25 aniversario del Michael Schenker Group en 2006 y su correspondiente disco de celebración, "Tales of Rock and Roll" me puso la miel en los labios con la participación de Barden en una de las canciones del disco -"Life vacation". Por cierto, Robin McAuley y Graham Bonnet tampoco faltaron a la fiesta de cumpleaños.

Como una cosa lleva a la otra y al final, uno es capaz de dejar de lado los malos recuerdos para quedarse con los buenos aunque tan solo sea durante un determinado espacio de tiempo, en 2007 nos encontrábamos con este "In the midst of Beauty" donde la guitarra de Michael Schenker y la voz de Gary Barden volvían a reunirse. Además para dar mayor chance al asunto y rememorar gloriosas jornadas de hard rock, les acompañaban ni más ni menos que Don Airey, Simon Philips y Neil Murray. ¡Casi nada!. No sé cuantos discos que adoro cuentan con las manos de estos tres tipos pero ya os digo que un buen puñado de ellos. 

El disco lo abre "City lights" con un sonido muy reconocible que trae a mi cabeza esos grandes momentos que nos ha dado el duo Barden/Schenker y que quizás podría ser la continuación de lo grabado en "Built to destroy". Como siempre la guitarra del rubio alemán brillando y su solo, sin estridencias, maravilloso. "Competition" presume de ritmo, con un Barden consciente del estado de sus cuerdas vocales, sin forzar en ningún momento pero dejando claro que sabe como arropar mejor que nadie, seguramente, las canciones de MSG. "I want you" suena directo con un marcado riff, Schenker metiendo solos y un estribillo bien construido. Destacan los teclados y es sonido clásico de la guitarra de Schenker en "End of the Line" que mantiene alto el espíritu del viejo Rock And Roll.

Comienzo acústico en "Summerdays" en el que incluso nos encontramos a Barden emulando a Gillan por unos segundos - no me digáis que no os ha pasado por la cabeza "Child in time", salvando las distancias que en este caso entre Barden y Gillan son enormes - para dejarnos un medio tiempo que no es lo mejor del disco pero al que se le va pillando el punto con cada escucha. El riff de "Night to remember" sube la temperatura, inconfundible, una sonrisa se dibuja en mi rostro mientras suena porque es puro MSG era Barden, al menos de la de su regreso tras el paso de Graham Bonnet y es que aunque "Built to destroy" es un disco sobre el que he escuchado a mucha gente ponerlo en cuarentena y tratar de bajarle algún escalón dentro de la discografía "clásica" de la banda, personalmente me sigue gustando mucho.


"Wings of emotion" está compuesta para el lucimiento de Schenker que hace destacar su guitarra - oido al solo - durante toda la canción consiguiendo todo el protagonismo aunque Barden se desenvuelve - durante todo el disco - excelentemente y bueno, es cierto que estoy centrando la reseña en Barden y Schenker, pero el resto de músicos que grabaron este disco son una maquina perfectamente engrasada cuyo trabajo es intachable. Muy potente es "Come closer, riff marcado y omnipresente, melodía potente, una batería contundente y un teclado estupendo. Otro de los puntos álgidos del disco es "Cross of crosses". Escuchar como se compenetran guitarra y teclados, Schenker metiendo solos a la mínima y la melodía vocal que dibuja Barden la hacen una gran canción

"Nana" no baja el nivel, fijados a tratar de recuperar el sonido clásico e intransferible que construyeron años atrás pero sin dejar de lado lo conseguido a posteriori, es imposible no engancharse al solo melódico que deja Schenker. El inicio de "I'm the one" es demoledor. Puede ser que me pueda el fanatismo por la forma de tocar de este tipo, no lo voy a negar, pero es lo que hay. Ah, y la canción suena de escándalo. "Ride on my way" cierra un disco que me atrapó cuando salió, por distintas razones, tanto musicales como sentimentales y que lo sigue haciendo aun hoy en día. Catorce años después me pongo a escribir sobre él, pero nunca es tarde ni suficiente cuando se habla de Michael Schenker.

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