RIFFOBIA - Riffobia

¿Habéis escuchado ya lo nuevo de Metallica?. Yo lo voy dilatando en el tiempo, como con casi todos sus últimos discos. Relacionar a estas alturas a los de San Francisco con el thrash, más que un ejercicio de nostalgia sería costumbre o comodidad. Los que si que nunca pierden comba son Overkill. Los de Bobby Blitz seguramente sean justo a Testament los que mejor discografía atesoran de los clásicos más reconocidos del estilo. Bueno, tal vez debería subir también a Death Angel al podio. Por cierto, nuestros Angelus Apatrida confirmados en el mítico Milwaukee Metalfest dentro de un cartel bárbaro, lugar que han ganado por meritos ptopios tanto por sus discos como sus conciertos. Si seguimos hurgando dentro del thrash metal dentro de nuestras fronteras, no podemos ni debemos olvidar a Crisix que también  avanzan de manera férrea por su camino y junto a ellos un puñado de bandas cuyos trabajos dan buena muestra del gran estado de forma que  vive el género. Por citar solo algunos, a mi cabeza acuden raudos nombres como Mauser, Rancor, Retador, Medictum, Holycide, Madsher…

Pero hoy el tren hace escala en Grecia. Probablemente los grandes representantes del thrash metal heleno sean Suicidal Angels. En este caso, siete años después de su último trabajo, toca centrarse en el tercer disco de Riffobia titulado como la propia banda. Aquí no existe resquicio que pueda conducir a la confusión. Desde esa tensa intro que nos abre las puertas de “Riffobia” nos encontramos con una devoción absoluta por los mandamientos del género que se asienta en una ración intensa de furiosos riffs y solos intercalados que puedes emparentar con lo que hacían Metallica en sus inicios y una voz que martillea con la suficiente contundencia para que esta lección de violencia sea completa. Canciones como “Consume-Obey” o “Welcome to hell” se asoman  peligrosamente a los límites donde el thrash deja su definición para adoptar otros estilos versados en la contundencia como principal verdad.



Sin bajar el ritmo un solo instante ni permitir concesión alguna, este tercer disco de Riffobia es todo un reto para tus cervicales. Seguramente durante el transcurso de las canciones que lo componen seáis capaces de identificar y relacionar nombres sobradamente conocidos pero no por ello deja de ser una auténtica demostración de músculo por parte de los griegos así como una sobrecarga de rabia que se cristaliza a través de la música.





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