METALLICA - …And justice for all


Hace tan solo unos días cumplía años “…And justice for all”, 35 para ser exactos. Es probablemente el álbum de la época clasica de la banda que menos ha calado en mi -con toda la cautela en la interpretación de este comentario, ya que estoy comparando con tres discos que tengo afincados a perpetuidad en mi olimpo personal y la huella en el devenir del metal que dejó impresa el “Black album”- tal vez porque siempre tuve la percepción que se trataba de un disco un poco en tierra de nadie, con la complicada misión de servir de puente entre pasado y futuro. Además del componente emocional tan arraigado entre  sus costuras como vida después de Cliff Burton, su particular “Back in black”. A pesar del tremendo golpe recibido, tanto Hetfield como Ulrich eran conscientes que llegaba el momento de dar un paso más dentro del negocio musical, de afianzarse más allá de aquella banda que vino a reivindicar de nuevo el heavy metal como máxima expresión de la violencia sonora como seña de identidad. Ninguno de los dos eran ya aquellos chavales impulsados por una pasión desmedida por el heavy metal. Era hora de comenzar de nuevo.

Jason Newsted era el chico nuevo en la ciudad. Sobre sus  hombros la difícil situación de sustituir a Cliff Burton no ya solo ante los fans sino además de lidiar con la larga sombra del bajista sobre Hetfield y Ulrich. Mucho se  ha hablado sobre el pobre papel de Newsted en este disco, su total falta de protagonismo. No es necesario volver a cavarven esa zanja, ahí teneis google para buscar todo lo aue queráis saber, pero como botón de muestra, si voy a recatar unas delaraciones de Kirk Hammet en las que afirmaba lo siguiente: “Esperábamos que Jason nos viniera con algo grande y épico, pero la verdad es que no trajo nada así. Fue raro. Ahora lo veo como algo casi poco realista, no sé. Estaba bien tenerlo ahí con todo su entusiasmo, pero sus contribuciones fueron más bien racanas. Lo único que se le ocurrió de verdad a él fue el riff de “Blackened”…” (Extraido de “Metallica: nacer, crecer, morir” de Paul Brannigan e Ian Winwood). Por cierto, “Blackened” fue la primera canción en la que trabajó el grupo para “…And justice for all”. Ah, y respecto a Hammet, tanto Lars como James se mostraron receptivos a utilizar segmentos compuestos porvel guitarrista -su nombre aparece en los créditos de cinco de las canciones del disco- pero siempre que se ajustasen a ciertas condiciones.




Mike Clink fue el elegido para ponerse a los mandos en los One on One Studios. La explosión y eclosión de “Appettite for destruction” habían  posado todas las miradas en él. Pero no tardaron demasiado en comprender que no había quimica, algo que se hizo latente al finalizar la tercera semana de grabación y es que aquello no funcionaba ni se dirigía a buen puerto. Así que Lars levantó el teléfono, marcó el prefijo de Dinamarca. Al otro lado decla línea, Flemming Rasmussen aceptaba el trabajo pero ponia sus condiciones, casa en L.A. para toda su familia y participación en los ingresos por la venta de discos, como ya hizo en “Master of Puppets”. Por cierto, Rasmussen y Clink llegaron a coincidir en los One on One Studios. En el momento queun recogia sus cosas para marcharse, el otro llegaba para instalar las propias. Incomodo sin duda. “…And justice for all” iba tomando forma en jornadas frenéticas de trabajo -según Rasmussen, comenzaban a las 5 de la mañana- a la vez que la banda comenzaba a disfrutar del modo de vida de las estrellas de rock del momento. Según Jason Newsted, tanto Hammet como Ulrich podrian haber rememorado aquel agradecimiento de Black Sabbath a the great Coke-Cola Company of Los Angeles en la contraportada de “Vol4”. Además Lars (que pasaba su tiempo restante entre el estudio de grabación y la tienda de discos Tower Records) descubrió la noche del Hollywood de final de los 80.

“…And justice for all” es sobre todo un disco de Hetfield y Ulrich que controlaban cada aspecto con puño de hierro, que nadie olvidase que Metallica desde el comienzo dejaba caer su peso sobre ambos, más aún con la falta de Cliff cuya influencia, su experiencia y temple frente al impetu de estos, les había llevado a seguramente al punto en el que se encontraban. El tiempo avanzaba inexorable hacia el final de la grabación, pero a falta de diez días para concluirla, Kirk Hammet seguía sin haber grabado nada, un Hammet al que Ulrich obligaba a depender decsu visto bueno con cada nota que saliese de la guitarra del guitarrista. En una carrera contra reloj, si quería acabar dentro de plazo y que ninguna decsus ideas se quedasen fuera, le obligaba a aumentar el tiempo de sus sesiones. Hubo también otro cambio importante en el punto de vista del universo Metallica. Los tiempos  -y sobre todo su discográfica, Elektra- exigian un single que pudiese ser expuesto tanto en la MTV  -con su correspondiente videoclip- como en las emisoras de radio. Esto en principio chocaba frontalmente con la idea dentro del seno de la banda de no necesitar el empuje extra de los videos. Finalmente, con la presión añadida de la oficina de management, se impuso la lógica y en las televisiones de todo el mundo frente a la incredulidad de algunos, “One” se asomaba a los hogares a través de la pantalla.




Lógicamente “One” no era un single al uso, la intención de la banda no era acercarse al significado mas convencional o al que más sonaba a lo Motley Crüe o Bon Jovi, sino tratar de buscar la épica con la que en su momento irrumpieron canciones como “Stairway to heaven” o “Bohemian Rhapsody” con la intención de no ver oscilar el cetro del heavy metal que lucían orgullosos. Metallica habían adquirido los derechos de la película “Johnny cogió su fusil” con vistas a utilizar sus imagenes en un posible videoclip y ahora había llegado el momento. El resto ya es historia, incluido aquel Grammy con el que contaban y que acabaron dando a Jethro Tull. La mejor manera de evaluar -por primera vez en algunos casos, de nuevo en otros- no ya el impacto, que fue evidente, sino el valor de aquellas canciones, es volver a hacerlas sonar y dejarse llevar a su universo. ¿Genesis del prog metal?. ¿Signo de su tiempo?. ¿Un experimento en tierra de nadie?. Cada cual tendrá su propia opinión pero lo que nadie puede poner en duda, es su trascendencia.



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