Por un puñado de canciones: Skid Row, L.A. Guns y The Anwser.

Confecciono impulsivamente playlists infinitas de Spotify que nunca escucho. La culpa de ello la tiene la fábrica de automóviles a la que compré mi último vehículo ya que debió decidir en alguna sesudo despacho que los reproductores de cds era algo de un pasado y que la era analógica debia significarse como prefacio de alguna  olvidada lápida. Hace no excesivamente tiempo, mientras rodaba carretera a algún lado lo bastante alejafo como para encomendar dicho trabajo a mis pies, y puesto que no pago un servicio que prácticamente no utilizo, los altavoces murmuraban una melodía secuestrada hace tiempo por un partido político, de cuyo nombre me niego a acordarme y mucho menos nombrar, en ese ominoso ejercicio de apropiarse de un significado manifiestamente alejado de la realidad en beneficio propio, y que el autor decidió poner las puntos sobre las íes que nunca es de buen guston verse rodeado de según quien además de abrir las ventanas para que salgan el olor a rancio que al final, más pronto que tarde termina atrayendo polillas.

Fin de trayecto. Adios streaming. Acumulo discos en el  móvil  porque soy capaz de caminar con gafas de sol de noche pero mi cerebro es incapaz de transmitir la orden necesaria a mis pies si en mis oidos no encajan ergonomicamente los ipods en mis oidos. Suena “The gang’s all here” de Skid Row, que salió en 2022. Siempre he pensado que si a la puerta de Skid Row no hubiese llamado el exito abrumador de  forma temprana, hubiesen sobrevivido con nota al paso del tiempo y las modas imperantes, ya que sus discos mostraban una evolución capaz de demoler candados que pretenden aislar etapas. Seguramente sin las ideas preconcebidas de muchos antebsu presencia, sus discos durante este tiempo metecen mejor consideración que la recibida. “The gang’s all here” es un ejercicio de nostalgia, incluso la portada recuerda al siempre añorado Seb Bach, pero una vez que el disco suena, el vocalista sueco Erik Grönwall se hace dueño y señor, recordando que las comparaciones nos la podemos meter por la puerta de atras. Por supuesto, The Snake y Rachel siguen siendo las putas bestias pardas del invento, facturando un disco que a mi me parece sencillamente espectacular.


Nunca he sido partidario de las bifurcaciones, decesas extrañas situaciones en la que llegado el momento en en que bien los miembros de una banda no se soportan, pero están convencidos en tener el derrcho en mantener el legado  vivo de unas canciones que a fin de cuentas o bien son suyas o su contribución en la instalación de estas en el imaginario popular, es evidente, con lo que nos encontramos formaciones distintas bajo el mismo nombre, con reparto no siempre equitativo de miembros  bien originsles o declas épocas de mayor  peso, tanto defendiendo repertorio en directo como grabando nuevos discos. El caso de L.A. Guns es una excepción en mi caso. Tanto el dúo Nickels/Riley con su “Renegades” editado en 2020 o “Checkered past” (2021) y “The devil you know” (2019) grabados por la pareja  Lewis y Tracii me hacen disfrutar el doble. L.A. Guns siempre ha sido una de mis bandas favoritas de toda aquella historia que eclosionó en los últimos años de los 80, así se comprende más fácil. “Black Diamonds” es el cuarto disco de Tracii y Phil desde que decidieran volver a retomar su camino. Con ganas después de un tormentoso 2022 donde llegaron a caminar por el filo de la navaja, se aplican eso de lo que no te mata te vuelve vuelven más fuertes. Acentuan influencias del hard rock clásico, no en vano ciertos espectros de Led Zeppelin se hacen presentes junto a una interesante mezcla entre esa herencia adquirida del hard de los 70 y la personalidad propia del grupo sin abandonar el espíritu del hard rock angelino de los 80.

No queda mucho para  llegar a casa. Compruebo la batería del móvil y los ipods. Aún me da tiempo para un disco más. No miro el reloj, hace demasiado que rompí las cadenas que me unian al minutero y lo exilié a la soledad de un cajón. Me tienta aquella terraza, ¡pongame una cerveza por favor!. En la mesa de al lado hablan sobre el partido que mañana se enfrentan Sudáfrica e Irlanda en el mundial de rugby. Alguien comenta que este año los sudafricanos son el equipo a batir. De momento, Italia y Argentina han cumplido. Lo de Francia frente a Namibia (96-0) no sé como calificarlo. Volviendo al partido de mañana, por muy fuerte que se presente el combo sudafricano, voy con Irlanda, demasiadas historias nos unen. Hablando de ello, hubo un momento q en el tiempo que llegué a pensar que los norirlandeses habían decidido poner punto final a su carrera aunque parece ser que eran solo puntos suspensivos. Aquejados de ese mal que afecta a todas aquellas bandas a las que esa ansiedad por recuperar unos tiempos para el rock que me temo no volveran, les marcaron como la nueva gran esperanza blanca, algo que termina resultando una pesada losa.  Súmale un irregular disco en el que los nuevos aires que pretendían  respirar fueron incapaces de llevarlos a buen término. Pero siete años después aquí están con nuevo discos, viejas manerasny cero inventos. . “Sundowners” no es un mal dico, es más, diría que bastante resultón  pero el problema es que en estos tiempos en los que ya tantas bandas se han subido al barco de la  resurrección de las raíces, se diluye la frescura más aún  teniendo presentes los dos primeros discos grabados por esta gente. Ah, y esa portada que me recuerda horrores a U2 tampoco ayuda mucho.








Comentarios

Rockologia ha dicho que…
Amén. Ese disco de Skid Row suena a gloria. Los otros dos son resultones sin más. The Answer fue uno de mis caballos ganadores cuando salieron (conciertazo en Madrid en la gira del segundo) pero se fueron diluyendo poco a poco. Este me sobra. Abrazos.