RONDA DE SUPERVIVIENTES: ALICE COOPER - Road- / URIAH HEEP - Chaos & Colour-

Mr. Vincent Furnier es no sólo uno de los grandes supervivientes del rock and roll, además es un tipo siempre con ojo avisor para  ser consciente de lo que se cuece alrededor y nunca perder comba, algo en lo que también era fantástico el malogrado Phil Lynott. Vincent y su eterno alter ego, Alice Cooper ha sido capaz de sobrepasar las décadas y sus influencias musicales, adaptándolas a su sonido, incorporándolas como propias, fuese lo que fuese aquello que dictaba sus normas en el negocio musical. En sus últimas entregas, tal vez porque la deriva del foco mediático desterró de sus listas VIP el mundo del rock como lo habíamos conocido, buceó en sus propias influencias y en las temperaturas siempre altas del rock clásico. Casi se me pasa este “Road”. Cumplo mi penitencia y me redimo escuchándolo antes de que el año se vaya definitivamente al traste. Aprieto las uñas contra las palmas de mis manos ante el magnífico trabajo que Alice Cooper estrella en mi cara, es el precio de mis pecados y lo pago gustoso.

Manteniendo esa línea clasica, se desvía por las carreteras secundarias del hard rock y hace explotar las guitarras durante todo el trabajo, llevando la maquinaria al máximo de su potencia. Aires glam rock como los de “Road rats forever” o la acústica “Baby please don’t go” llenaran el pecho de sus fans que delimitan gruesas líneas en la etapa clásica de Alice para marcar diferencias, muchos de ellos, los que vierten críticas sobre Nita Strauss, señalando que las maniobras de la guitarrista viran en sentido excesivamente heavy para hablar de Alice y tal vez por eso, y porque nunca he escondido mis cartas, yo la reivindico a pecho descubierto. Los riffs de canciones como “Welcome to the show” o de “The dead don’t dance” son pura dinamita, explosión de puños en alto, el signo del diablo. Nita, Tommy Henriksen y Ryan Roxie aullan salvajes a la luna a traves de las cuerdas decsus instrumentos. ¡Bien hecho Alice!.

Seguramente la historia del rock le debe una bien gorda a Uriah Heep. Ando convencido de que si a Blackmore no le hubiese dado por tocar la guitarra ni su destino le hubiese cruzado con Lord, Paice, Gillan y Glover, Uriah Heep serian reconocidos por todos como uno de los padres fundadores del hard rock junto a Led Zeppelin y Black Sabbath. Mick Box es otro de los grandes supervivientes de este desértico camino que es el rock and roll, y Uriah Heep su verbo hecho carne. La banda, viendo surgir y caer a unos y otros que la exigua prensa musical trataba de vender como los nuevos mesías del rock, han seguido impertérritos a lo suyo, hacer buenas canciones, bien sea en los cánones más clásicos de su estilo, ese hard primigenio o acercándose a la orilla más melódica, fantaseando con el A.O.R., siempre manteniendo un nivel al que es complicado poner pegas. Este “Chaos & Colour” es su disco número 25, que se dice pronto. Box junto a Phil Lanzon y Bernie Shaw son los responsables en los últimos tiempo de manejar el timón de un barco que siempre se dirige a buen puerto.

“Chaos & Colour” es puro Uriah Heep, lo mejor que se puede decir para definir a una banda cuya personalidad como carta de presentación -cómo si a estas alturas necesitasen introducción alguna- que deja a las claras lo que vamos a encontrar. Esa mezcla inteligente entre sus andares más clásicos y laureados y la vertiente melódica a la que tan buen partido llevan sacando desde hace ya mucho tiempo. Pero no os dejéis llevar solo por esto último, porque este disco puede presumir sin complejos de poseer una fuerza innata que se desprende de cada escucha. La formula la tienen bien aprendida, no en vano, se la plantaron  frente a la cara a muchos de los que llegaron después para que les sirviese como pista de despegue. Uriah Heep es de esos grupos que el día que no estén los echaremos y mucho de menos.

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