Cumpliendo otro año más... sin perder la cuenta

Me sorprendo a mi mismo escribiendo esta entrada, porque no termino de ser capaz de definir el estado de ánimo con el que lo hago, o más bien, la mezcolanza que lo impregna. La zozobra sacudió al blog durante el pasado año 2023. Llegué a convencerme de que era el momento  de echar el candado y a otra cosa. Incluso tenía escrito y guardado entre los borradores el texto de despedida,  capítulo final a más de una década en la que había intentado poner orden a través de las palabras a lo que cocía mi cabeza casi siempre al ritmo de la música. Tan seguro estaba, que incluso llegué a programar su publicación, para -no sabría definir si en un acto de cobardía o misericordia- no estar presente el día que tirase la llave,  no tener que pulsar el botón con el que pusiese punto final a esta historia. Un instante lucidez o  locura, vete a saber, me hizo dirigir el puntero del ratón hacia ese abismo con forma de papelera virtual donde inician su camino hacia el olvido aquellos escritos que desechamos y todo quedó en un último suspiro que repentinamente se convierte en un profundo aliento.

Quizás ese empeño primigenio de pensar en crudo, de escribir desde la visceralidad, de no establecer más fronteras de las que caben en el rulo de cartón del papel higiénico, es el impulso que consigue que Motel Bourbon continue un año más con sus puertas abiertas. Mi flujo de escritos no es constante, podría decir que no tanto como quisiera, pero sería mentir, porque jamás en las paredes de las letrinas escribí  normas de obligado cumplimiento. Sigo pagando cuentas pendientes, y este 2023 he zanjado otra, iniciando estudios universitarios, que superado el medio siglo de vida, algo me decía que era el momento de abrir la rendija del mueble donde guardo las promesas por cumplir y otorgar la libertad a una de ellas. Menos tiempo para dedicar al blog, en esa lucha eterna con Cronos, impasible ogro que avanza inmisericorde sea cual sea la circunstancia. Contar los años que llevo dando forma a este blog -supervivencia de un pasado que ha quedado en el olvido- me reconforta la alegría, y es que ese diablo que vive perenne junto a mi oreja izquierda, me susurra con su acento cómplice y canalla: "el blog te ha regalado muy buenos momentos y te ha librado de alguno que otro que quizás hubiese finalizado en un mal recuerdo". 

Motel Bourbon cumple 14 años hoy 5 de enero, y no realizo propósitos de año nuevo, porque ni la suerte está echada ni creo en el destino, así que lo que tenga que ser, será.  A los habituales, a los que os acercáis de vez en cuando, a quien por curiosidad o despiste, cruce por primera vez las puertas de este tugurio virtual que muchas veces abre las ventanas hacia el interior de mis luces y tinieblas, gracias por perder un rato leyendo las palabras que moran para siempre en este blog. 

Comentarios

Tina Jara ha dicho que…
Muchísimas felicidades por esos 14 años de letras y Rock & Roll, llevo un tiempo que leo poco en general pero este siempre ha sido y será uno de mis blogs favoritos. Un abrazaco y feliz año.