Tarque - Vol. 2

Hace relativamente poco me topé con una entrevista en la que Carlos Tarque afirmaba que no volvería a grabar una canción como “Carolina”, ignoro si como declaración de principios respecto a su situación actual o inmerso en ese extraño proceso de expiación de culpas del que tarde o temprano todos hacemos gala. “Mirar siempre atrás es fatal para las cervicales y para el músculo cerebral” deja impreso Begoña Gómez Urzaiz en un libro estoy leyendo actualmente. Y aunque dicha afirmación se sumerge en un contexto sociopolítico, no puedo evitar la tentación y aprovechar la ocasión para incluirla en este texto. Comprendo el razonamiento de Carlos Tarque y ese proceso de autenticidad, penitencia con la que la gente del rock vivimos permanentemente, y aún así no pudo evitar pensar si nos encontraríamos con “Volumen 2” dentro del estatus que el vocalista ocupa sin “Carolina” o “Llamando a la tierra” y si se hubiesen hecho eco de su propuesta los grandes medios generalistas, aquellos para los que la sección de cultura no es más que un relleno de páginas. Y cuidado, que no se malinterpreten mis palabras, porque siento una profunda devoción por la garganta de Carlos Tarque y además soy consciente de este territorio árido que es el negocio musical español donde los cantos de sirena resuenan excesivamente cerca de las rocas, y es que los bares -y las redes sociales- de este país están repletos no ya de gente que pereció en el intento, sino de muchos que ni tan siquiera lo intentaron y aún así tratan de dar directrices a aquellos que se dejan la piel sobre el duro asfalto del rock and roll día si y día también.

Mis brazos siempre están abiertos a lo que proponga Carlos Tarque. Hace mucho que olvide cualquier obviedad que me desviase de disfrutar los discos que me gustan -en superlativo- de M-Clan y dejar pasar como tormenta de verano, los que no fueron capaces de anclar raíces en mi. A veces nos obsesionamos tanto con posicionarnos en situaciones disidentes que no dejan de pertenecer al redil, según desde donde lo observemos, que nos olvidamos de recrearnos en la música que nos gusta. Un mundo en el que las sentencias categóricas sustituyan a los guiños cómplices, no es el mío. Prefiero que un guitarrazo bien dado me erice la piel que buscar sustancias vitales en interpretaciones tan personales como retorcidas de una canción. "Vol. 2" está lleno de de descargas eléctricas a través de los gruesos riffs de Carlos Raya. Un tipo que merece su lugar permanente por derecho propio en el Olimpo del rock and roll patrio y que sin embargo, a pesar de que su presencia se vuelve imprescindible allá donde toca, nunca le ha importado militar en un segundo plano frente a los focos. Las guitarras de Raya y la voz de Tarque se convierten en la fórmula mágica para cimentar un disco en el que las canciones hablan por sí mismas.

Tarque ha apostado por un endurecimiento progresivo, una contundencia que se hace palpable con las dos primeras canciones, "He vuelto para veros arder" y "Bombas en son de paz" donde adoptan los preceptos del hard rock sin complejo alguno. Este "Vol. 2" acrecienta las buenas sensaciones que ya dejó el anterior, donde aún se podía percibir ese tiempo de transición en Carlos Tarque, entre lo que estaba haciendo un instante antes y lo como quería enfocar su carrera.  "Credo" o "Lluvia de abril", que no cierran ninguna puerta a un pasado reciente. "Escapa del amor" "Tan grande como tú"  nos hace desviar la mirada hacia los ecos sureños de los primeros trabajos de M-Clan con un estribillo que dibuja con precisión lo aprendido a lo largo de los años. Hard rock, rock de mares más tradicionales, y por supuesto aromas blues como los que te envuelven en el medio tiempo "Mar de whisky" para disfrutar de la voz de Tarque y su sello tan personal. Un disco variado, cogiendo de aquí y allá, concebido para disfrute de público y artista. 

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