VOODOOCULT - Jesus Killing Machine

Si somos capaces de hacer autocrítica dentro del mundo del heavy metal, tenemos que reconocer esa tendencia casi diría que innata, de reivindicar bandas minoritarias como muestra de identidad, de personalización dentro del colectivo, un rasgo tribal con el que demarcar una difuminada estratificación, que se acentúa cuanto más se “radicaliza” el sonido en cuestión o se acerca a márgenes extremos. Yo el primero, que si algo me ha unido a las huestes del metal es compartir sus filias y fobias como parte intrínseca de nuestra definición. Rasgo que seguramente compartamos con la gente del Hardcore - con los que a fin de cuentas terminamos compartiendo filas allá a finales de los 80, por obra y gracia de bandas como Suicidal Tendencies o D.R.I. por su parte y Anthrax por la nuestra- y otros géneros cuya simiente se plantó varias plantas por debajo de las alcantarillas del suelo urbano.

Precisamente eso me hizo interesarme en el ya lejano 1994 por “Jesus Killing Machine”, debut de estos VoodooCult, una banda que a priori, por la alineación que presentaba, despertaba el mórbido deseo de cualquier fan del heavy metal, especiamente aquellos que gustamos del thrash metal. VoodooCult, era un proyecto formado por Phillip Boas, vocalista de Phillip Boa & The Voodooclub, banda ajena al mundo del metal y presumiblemente muy bien relacionado. El cantante alemán conseguía reunir a su alrededor entre otros a Dave Lombardo, Mille Petrozza, Waldemar Sorychta y Chuck Schuldiner. Y si ya de por si, la participación de semejante elenco era suficiente anzuelo para mi, el rechazo colectivo de buena parte del mundo del heavy metal al resultado final de dicha grabación, que afilaba sus cuchillos para trocear el sonido procesado, añadía un punto más de perversa curiosidad por mi parte, y eso que no estamos hablando de un lanzamiento vanguardista que encontrase la lógica resistencia de la incomprensión temporal y al que el tiempo terminase dando la razón una vez que se cuestionan las cosas echando la vista atrás.



“Jesus Killing Machine” escapaba de los cánones más tradicionales del thrash metal, pero insisto en hacer incidencia sobre todo en ese "más", porque la batería de Lombardo y los riffs de guitarra, según el protagonista momentáneo, podían relacionarse con el contexto donde siempre los habíamos situado. Pero Boa, proveniente de un círculo donde imperaba el pop rock y el rock alternativo, marcaba con su voz ese punto de diferencia que tal vez, dejando de un lado la disección técnica de las canciones, que ahí ya se basa más en la capacidad de cada uno para analizarlas, no terminó de encajar en los esquemas de más de uno. “Jesus Killing Machine” es una amalgama de thrash industrial que consigue adolecer -desconozco si de manera intencionada por sus protagonistas- de una atmósfera predominantemente metálica en pos de una amalgama poderosa/melódica que se acerca por momentos incluso a terrenos propios del hard rock en su vertiente más infecciosa y macarra de bandas como los primeros The Almighty, y si no escucha por ejemplo, la canción que da nombre al disco.

El debut de VoodooCult no solo dejó un amargo sabor en la prensa músical del momento, sino que la cara agría que se le puso a más de un fan del género  que aún se conserva, prueba a dar una vuelta por internet para contrastar opiniones sobre el disco. El caso es que a mi en su momento, “Jesus Killing Machine” me gustó y mucho y a lo largo del tiempo las veces que ha ido sonando en casa, siempre me ha transmitido muy buenas sensaciones y lo sigue haciendo en la actualidad, que suena con la potencia que son capaces de despreder los maltratados altavoces de mi vieja minicadena. Ya sabéis que sobre gustos, no hay nada escrito y que cada día vivo más convencido que la única división posible cuando hablo de música, es la que me gusta y la que no.

Comentarios