Tyler Bryant & The Shakedown - Electrified
La calma quizás preceda a la tormenta, pero a veces a esta es necesario forzar que aparezca. El cuerpo me pide guitarras que rasguen el ambiente, el rock and roll siempre salvaje, que bastante nos dejamos domesticar en el día a día. No concibo cantantes que parezcan el reputado morador de un sillón de la RAE o el último en llegar al aquelarre de un consejo de administración. Prefiero una punzada en la espina dorsal, la morbosidad del dolor. Disparo desde el tejado con “Electrified” como munición inacabable. Si las guitarras no escupen fuego, hoy no son para mí y las de Tyler Bryant, voto a bríos que derrochan maneras. Seguramente no deje de ser blues, de espíritu añejo pero vocación moderna, rock de carreteras secundarias americanas donde Hollywood creó idolos de celuloide que reposan en el poster de alguna vieja pared donde me dejo caer de vez en cuando. Árido, lejos de condescendencias vanas y vacias que no conducen a ninguna parte. Aguerrido, como un apretón de manos en un cruce de caminos, áspero, sudoroso y excitante como un polvo en los baños de un bar.
Canciones recondas pero afiladas como los cuchillos de una familia de Matarifes de Texas. Ritmos apostados a negro que supuran blues más cercano al desierto que a la orilla del río. Una base rítmica contundente y decidida, como Thelma y Louise al borde del precipicio, una garganta afinada en la puerta de un club de carretera al que dejó a su suerte la construcción de la interestatal. Ronroneos rockeros que suenan a motor de camiones con bujias llenas de grasa, rodando con la soltura innata aprendida por kilómetros y kilómetros de asfalto. La tarde sigue siendo oscura, pero un viejo reloj huérfano de muñeca sugiere que la noche ya llama a la puerta, y es que he perdido la cuenta de las veces que ha sonado “Electrified” en mi estéreo pasado de moda, donde es imposible encontrar una ranura para una tarjeta de memoria y le suena a chino eso de conectarse a la red. Preparemos la cena y demos mientras tanto, una última escucha por hoy a lo que tiene que contar Tyler Bryant y sus The Shakedown.
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