Malditos Ipods: poderosos como el trueno…

 

“…Que era poderoso como el trueno, como cien misiles nucleares, que lograba hacer cantar a un mundo, lleno de tensiones y de sangre…”.
No, no voy a escribir sobre Obus, y no porque no me gusten, todo lo contrario ya que si hablamos del heavy metal manufacturado en este país durante los 80 y 90, los colocaría muy cerca de Barón Rojo en mis preferencias. Pero en esta ocasión, al blog llegan tres discos de heavy metal, de maneras distintas de entenderlo, que han asomado este 2024 y merecen no dejarlos pasar de largo ya que han sido capaz de dejar muesca, en mayor o menor profundidad, y me he propuesto que este 2025 acoja en la mayor medida posible, aquellos discos que van sonando, bien en mi equipo, bien en mis Ipods y son capaces de dejar más que un buen sabor de boca.

Caso claro de ello es el de los norteamericanos  BAT que bajo el auspicio siempre poderoso de un sello como Nuclear Blast, plantan la simiente de su sonido con este “Under the crooked claw” (2024), su segundo disco, que se abre paso a dentelladas con una fabulosa mezcolanza de -principalmente- speed metal, inspiración cuasi thrash metal -particularmente por obra y gracia del trabajo vocal- y la receta más tradicional del heavy metal. Bat son “nuevos” que no, novatos, y es que Bat está formado  por Ryan Waste (Municipal Waste) y Nick Poulos (Municipal WasteCannabis Corpse, D.R.I), cerrando filas, Chris Charge y es que Bat es otro  -más- de los proyectos surgidos en el seno de Municipal Waste. El caso, para ser sincero, es que probablemente este “Under the crooked claw” esté en muchos aspectos por debajo de gran cantidad de lanzamientos de heavy metal demoledores que están siendo editados de un tiempo a esta parte, pero también es cierto, que será por su indiscriminado ataque frontal, será por su derroche de inquebrantable fe en  el heavy metal correoso y directo, que este tipo de discos termino disfrutándolos muchísimo.

A veces uno termina siendo derrotado por la excesiva 
presencia de un grupo en los medios o en el caso de Rhapsody Of Fire, en aquellos foros de internet dónde pasábamos horas hablando de música. Los italianos coleccionaban en paridad entusiastas fans y acérrimos detractores, pero nadie podía negarles ser cabeza visible de una nueva vía para el heavy metal cuando ya se vislumbraba el final del siglo pasado. A estas alturas, con Alex Staroropoli como defensor del legado de una de las bandas que mejor representa la versión más sinfónica y cinematográfica. El primer aspecto que llama la atencde “Challenge the wind” es un giro predeterminado y decidido hacia tesituras mas heavys. Pero tranquilos, que estamos hablando de Rhapsody of Fire y por supuesto hay orquestaciones, protagonismo de los teclados de Staropoli, crestas sonoras que emulan la épica, aproximaciones al rock sinfónico… pero también te das de bruces con la oscuridad implícita de una canción como “Vanquished by shadows”, guturales incluidos, mezclándose con interludios acústicos y pasajes sinfónicos durante 16 minutos o “The bloody pariah”. Por supuesto, el tema lírico es el acostumbrado. Con este disco, Rhapsody of Fire levantan el vuelo después de un tiempo de preocupante capa caida.

Posiblemente se pueden incluir entre las influencias primigenias de los valencianos Opera Magna, banda que llevan ya tanto tiempo surcando los mares musicales de este país que se han convertido en habituales, afortunadamente, porque no todo el mundo tiene la constancia de luchar por mantenerse a flote en un mar de tempestades como el de este desagradecido negocio. Fieles a su manera de entender el power metal, el metal sinfónico o como le queráis llamar, pero sin perder nunca de vista la evolución que parte de la curiosidad natural del músico. Una vez dada por finalizada su fantástica trilogía Del Amor y otros Demonios,vuelven a la palestra con este inmenso "Heroica" cuya primera toma de contacto es esa portada que destila belleza y épica a partes iguales, y es que no es otra la fórmula que también toma proporciones mayores en la música de Opera Magna. "Heroica" rezuma la epicidad de las bandas sonoras como colofón a la que ya de por sí lleva intrínseca su música. Ritmos rápidos, partes orquestales, desarrollos melódicos, ingredientes básicos e imprescindibles para entender como Opera Magna dan vida a sus canciones.

Desde los pasajes medievales de la balada "Aquello que importa" donde la voz de José Broseta acapara protagonismo sobre esos arreglos orquestales, que se dan durante todo el disco de manera excepcional por Enrique Mompó, a la fuerza de "La muerte de un poeta", la identidad propia de "El momento y la eternidad" o el folk andino de "Heroica", la canción que explota en el estribillo alcanzando cotas altísimas. Es demasiado sencillo colocarse en el rincón del cuadrilátero donde calientan los detractores del power metal, y seguramente, muchas de las bandas que abrazaron el estilo lo han puesto en bandeja, pero cuando te enfrentas con gente como Opera Magna, es fácil que la victoria caiga de su lado y seguramente por K.O., una vez que en ellos siguen tan solo aquellos que creen que es su camino y lo defienden, no ya solo con uñas y dientes, sino con canciones del calibre de "Volver", "Historia" y el resto que componen el cuerpo de este disco. 

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