NAZARETH-HAIR OF THE DOG

¿Qué son las musas? ¿Alguien sabría explicarlo?. Yo no. Si hay algo que me gustaría poder hacer, saber  que   siente un músico cuando compone, algo que es sobrenatural.  Reconocer ese aura que rodea un momento glorioso de la historia del rock. Poder disfrutar del instante en que Ritchie Blackmore llega al local de ensayo y muestra el riff de "Smoke on the water". Compartir ese estado de gracia,  percibir si realmente sientes o eres consciente de que estás entrando en la eternidad. 

 Todos somos conscientes de cuando hacemos algo bien, ¿pero que estado mental es necesario para realizar una obra de arte?. ¿Qué pasaba por la cabeza de Led Zeppelin cuando escribieron "Stairway to heaven"?, ¿ y de Dylan cuando escribió "Blowing in the wind"?, ¿de Lenon con "Jealous guy" o Hendrix con "Purple haze"?. ¿El estado mental alterado de Sid Barret o de Roky Erickson, eran  culpables de su genialidad?. Puede que ese mundo ajeno a la realidad de los demás los hiciese especiales por ser capaces de transmitirlo a su música. Siempre hay un momento en la vida en que la creatividad está en su máxima expresión y solo los genios son capaces de discernirlo, de poner letra o sonidos a ese arranque de lucidez, de ser capaz de pasar a formar parte de la vida de millones de personas.

Es fascinante la capacidad humana para desarrollar el talento. ¿Qué será ese algo especial que había en el ambiente, ese nivel de trascendencia que arrollaba todo a su paso en las sesiones de grabacion de  "Exile on main street", "Born to rock" o "Highway to hell"?. Desprenden algo especial y único al escucharlos. Una pasión que envuelve al que se sube a un escenario porque pocas cosas te pegan un subidón de adrenalina parecido a ponerte en las tablas. Recuerdo mis días en que andaba liado en bandas de rock, tocando ante 60 personas -la máxima audiencia que fue capaz de soportarme,  fueron180 personas-, y aquel sentimiento era increíble. Una sensación indescriptible. Puedo imaginar lo que debe ser mostrarte ante un publico entregado. Si ahora se me apareciese un genio metido en una botella de cerveza -¡joder que somos rockeros, no vamos a sacar un genio de una lampara!-, y me diese la oportunidad de captar el espíritu de la grabación de uno de los discos fundamentales de la historia del rock, no sabría por cual decidirme -acabaría en la grabación del  Volumen 4 de Black Sabbath seguramente- aunque el "Hair of the dog" de Nazareth podría ser una opción.  Sexto lanzamiento de los escoceses,  marcaría un punto de inflexión Dan McCafferty (voz), Manny Charlton (guitarras y sintetizador), Pete Agnew (bajo y coros) y Darrell Sweet (batería, percusiones y coros) habían lanzado en 1974 dos discos, "Loud and proud" y "Rampant". Afrontaban 1975 dispuestos a dar un golpe en la mesa, que los pusiese en la cabeza y oídos de los fans del rock.

Manny Charlton decidió tomar las riendas de la producción y consiguió que la banda sonase lo mas fidedigna posible. El disco se abre con el trallazo que da nombre al disco, "Hair of the dog", un tema de rock and roll duro, que inspiraría en un futuro a gente como Guns n Roses. McCafferty derrocha facultades en este disco y las guitarras de Manny suenan bestiales.  Pete y Darrel ponen un broche fantástico al disco con su sección rítmica. "Miss misery" comienza con un riff de primera, en un tema hard rockero donde Dan lleva el peso de la composición con su poderosa garganta. Tras la tormenta, llega el momento de dejar aflorar los sentimientos con la bella "Love hurts" y su sabor clásico, sin nada que envidiar a la de Everly Brothers -al menos para mí-. Tras el momento de dulzura, vuelta al rock duro con "Changin' times" y su aire Led Zep. Otro tema ajeno, esta vez de Nils Lofgren, "Beggars day" suena más accesible, pero sin levantar el pie del acelerador. Siempre que se habla de los grandes clásicos del hard rock, se nombra a Sabbath, Purple, Zeppelin o Thin Lizzy, dejando en un segundo plano a Nazareth o a Uriah heep. ¡Demasiado  injusto!.

"Rose in the heather" da buena muestra de ello, demostrando que Nazareth eran capaces de mantener distintos registros, desde el hard rock más contundente a temas más relajados como este instrumental donde el sintetizador marca la pauta, y por supuesto el aroma a bourbon y southern que destila "Whiskey drinkin' woman", demostrando que además  de todas las influencias del british rock recibidas, también tenían oídos para lo que llegaba desde el otro lado del océano. El disco se cierra de la mejor manera posible, con "Please don't Judas me", uno de los mejores temas de este disco, con una slide introduciendo la canción entre los sonidos sacados del sintetizador, que nos conduce  por un épico viaje. Un disco fundamental, para entender el desarrollo del hard rock y de todo lo que vendría después, y su influencia en bandas que dominaron el mundo en los 80. Por siempre, Nazareth.