TOM KEIFER - THE WAY LIFE GOES

La vida es complicada y mas aun en el mundo del rock, no creo que esté descubriendo nada que ya sepais. El talento no es siempre compañero de viaje de la suerte, y casos tendriamos miles para demostrar tal afirmación. Al menos la constancia si sigue siendo fiel aliada de muchos que han ido encontrandose cada vez mas piedras en el camino. Y mas dificil se hace el desfiladero, cuando cambias un camino de rosas por uno de espinas casi sin darte cuenta como has acabado allí, como has perdido en un abrir y cerrar de ojos el camino adecuado, al menos para llevarte a la fama, porque el del cariño y admiración de la gente ya lo tienes ganado, aunque claro, a pesar de que eso es muy bonito, reconfortante y autentico, no paga facturas ni da de comer.

El caso de Tom Keifer y Cinderella es ese, mas o menos. Pasaron de estar en lo alto de las listas y ser reconocidos por todos a verse sin poder grabar por problemas con la compañia. Y el caso es que Cinderella no era una banda cualquiera, poco a poco con sus discos fueron tomando la dirección que les apetecia, alejandose de aquel hard rock mas comercial en boga y adentrandose en la raices del rock y el blues, grabando grandes discos, haciendo conciertos enormes y viendo finalmente, como mientras otros eran entronados ellos se quedaban para la industria en el cajón de los que habian pasado de moda. Directos y refritos es lo único que nos traia el mercado, de una banda que no perdia la fe y la esperanza, pero que desde el 94 o 95 no plasmaba su pasión en un nuevo disco.

Si a ello unimos que el estado de salud de Tom Keifer tampoco está para tirar cohetes, parecia que los astros se confabulaban en contra de poder escuchar nuevo material. Al final saltó la noticia, Keifer grabaria en solitario, y muchos presuponian que este iba a ser el disco que Cinderella no lograba grabar. En cierto modo,  yo espero eso, pero también que se note la personalida de Keifer, por otro lado, muy significativa en el sonido de la banda. A ver si me explico, yo deseaba que este "The way life goes" fuese como un disco de Cinderella sin la banda, y realmente por ahí van los tiros, porque es vuelve a inhalar al grupo cuando Tom se pone rockero y se nota su espíritu cuando se adentra en otros derroteros mas íntimos y personales.

 ¡¡¡Que coño!!!!, me da mucha alegria al poner el disco y escuchar los primeros acordes de la rockera "Solid ground" que suena muchísimo a su banda. Keifer tiene ese timbre tan particular y rockero que me enganchó desde la primera vez que escuché "Night songs". Nada mas empezar, de frente con un medio tiempo, "A different light" que da paso al rock clásico de "It`s not enough" con cierto rollete Aerosmith a ratos. Lo de Tom es puro rock and roll, y para que mas, esa armónica a lo Stones de "Cold day in hell", con un estribillo buenisimo, de esos que termino cantando a grito pelado desde el coche. Piano para "Thick & Thin", una bonita balada que Tom dedica a su mujer, con todo el feeling implicito que lleva una historia de estas, mas en un tipo como Keifer que pone el alma en cada canción.

Sigue relajado el ambiente con otra balada, "Ask me yesterday", guitarras acústicas y ritmos pausados con guiño country. Despues de tanto recogimiento, llega de la nuevo la oportunidad de parámetros mas rockeros con "Fools paradise", de corte clásico. "The flower song" con sus guitarras acústicas se ha convertido rapidamente en uno de mis temas favoritos del disco, de esos que escucharias con un buen bourbon con hielo sentado frente al escenario. Pero no penseis que Tom ha olvidado que el hard rock también forma parte de su vida, y como prueba tenemos "Mood elevator" y sus guitarras poderosas. Guitarras fuertes en un cara a cara que saca la faceta mas oscura de Tom.

Y tras tanta adrenalina, de nuevo Tom se vuelve a relajar, esta vez con otra pedazo de canción llamada "You showed me", de la que ha sacado una melodia acojonante acompañado del teclado. "Ain`t that a bitch" es puro hard de los setenta, con mucho ritmo y un rollo chulesco que le queda de puta madre. No podia faltar el blues, que viene de la mano de "The way life goes", para fundirse en rock and roll de la vieja escuela. Para cerrar, "Babylon", con esas guitarras (¿a lo "Mixed emotions" de los Stones?),  que pone punto y final al disco a ritmo de rock and roll. Este disco gana con las escuchas, y eso es seña de que es bueno. Tom Keifer no es un cualquiera, el lo sabe, nosotros lo sabemos y "The way life goes" es la prueba. Que alegria tener nuevas canciones de este tio.