VODEVIL VARGAS - BETIS, 41


Aqui ando con "Betis, 41 en mis manos, y no creais que es facil hablar de este disco. Representa el sueño de Ricardo Moreno, alma, espíritu y creador de esta obra, ambientada en la Sevilla de los 70, con toda la poesia que representa la tragedia de la gente de la calle, de la noche, de los ambientes alejados de la monotonia. Aqui me encuentro, con el disco de Vodevil Vargas entre mis dedos, con su carpeta en mis manos, con su cd sonando en mi reproductor. Como decian en mi ya lejana educación de colegio cristiano, el verbo hecho carne, o en este caso, el verbo hecho música, los miedos, deseos y ansias de su creador, transformados en canciones. Y no es facil hablar de él, porque muchos, yo uno de ellos, hemos visto crecer esta idea, tomar forma, a través de los videos y audios que Ricardo iba colgando, y de las conversaciones que teniamos con él.



A "Betis, 41"  le sobran las etiquetas, no creo que las necesite. Un grito de libertad en estos tiempos encorsetados, de actitudes confusas, donde la fama se busca en platós de televisión, en vez de jugartela a la suerte, del sudor del escenario, del amor incondicional de las musas, de la fé inquebrantable en el talento, a fin de cuentas, de creer en esa religión llamada música, donde sus devotos no necesitan credos ni plegarias, si no van acompañadas de acordes y melodias, cuya biblia está escrita en forma de corcheas. Vodevil Vargas cree en la música, cree en la magia de las notas bien acompasadas, y todo ello lo plasma en estas canciones, que con cada escucha, van calando dentro de ti, te van abriendo las puertas de ese vodevil oscuro del sevillano barrio allá por el 75, diez dias antes de la muerte del tirano, donde transcurre la historia.


Hay muchas formas de escuchar la música, pero estos 5 temas, estos 30 minutos instrumentales, cuentan una historia que os recomiendo ir leyendo en el libreto que acompaña al disco, dos realmente, uno de ellos en inglés. Y es que, escuchar este "Betis, 41" es como cuando te enfrentas a la aventura de leer un gran libro, que hace que cierres los ojos y puedas ver en tu cabeza aquello que te están contando, con la ventaja de ser tu quien pone cara y color a aquello que lees. Pues eso me pasa escuchando este ep, cierro los ojos, y la música construye en mi mente esos callejones, esas calles del barrio de Triana, en el que puedo imaginar, como me dirijo sin perdida, para adentrarme en el Vodevil Vargas. Esa es la fuerza de este disco, de estas canciones, que Ricardo ha conseguido dar vida a esa historia que plasma para nuestro regocijo.

¿Como definir musicalmente este "Betis, 41"?. Ya comenté al principio, que no podemos ni debemos obsesionarnos, con archivarlo en ningún cajón, porque es imposible. A Ricardo le gustan Triana, Muse, Iron Maiden, Lole y Manuel o Ennio Morricone, entre otros muchos, y todo ello puedes verlo, oirlo y sentirlo en su música, que ha ido desarrollandose junto a la historia que pretende contar. Ricardo es un tipo, que ha abierto las puertas de su mundo, a todo aquel que ha querido acercarse a su Vodevil Vargas, y se ha ganado, que todos los que de una manera u otra, nos sentimos cercanos a su música, le hayamos abierto las nuestras de par en par, porque ha sido algo recíproco, merecido y ganado por su parte.


"Sucedió en Sevlla, el 10  de noviembre de 1.975..."  y comienza "A galeras", con la voz del actor de doblaje y locutor Antonio Esquivias, sobre los arreglos orquestales de Enrik García (Dark Moor) y el piano de Sergi Flores, introduciendonos de lleno en esta historia, con todo ese aroma de banda sonora, o al menos, a mi me lleva a él, que le rodea, para meternos de cabeza en esa joya llamada "Cianocrilato (el tiempo para todos)", donde mientras Arquimedes y el resto de personajes, pasean su maltrecha suerte por las calles sevillanas, la guitarra de Ricardo, junto a la bateria de Andy C. (Saratoga), la orquestación de Enrik García, el bajo de Jaime Pascual y el organo de Luigi Stefanini, sirven de colchón, para que ese estupendo saxo tocado por Josué Santos, te ponga la carne de gallina. Te da que pensar, y mucho, cuando en este mundo mediocre, donde una caja de ritmos y un ordenador, producen un hit, escuchar como en una canción como esta, cada instrumento, cada nota, cada acorde, cada tempo, forman ese camino a las estrellas en forma de melodía.

"La espera" es el siguiente paso en esta obra, Ricardo ocupandose de guitarras y bajos, junto a Andy, Enrik y Sergi, con ese inicio donde se cuelan en mi mente algún pasaje maravilloso, para servir como puente a la ya conocida y siempre esperada "Santa Cruz", auténtico revés a un mundo de mediocres, donde esas guitarras rockeras yacen en perfecta armonia con la fuerza del flamenco, mientras esos teclados de instantes progresivos, van creando un climax que no deja ya de crecer durante los ocho minutos y pico que dura la canción, con sus cambios de ritmo, sus subidas y bajadas, llenas de fuerza que escapan de cualquier definición que no esté llena de halagos. Junto a un Ricardo, espléndido en las guitarras, y a los habituales en la grabación Andy y Enrik, podemos disfrutar de ese enorme guitarrista flamenco llamado Chema Vilchez, de los quejios de Mara Rey, del piano de Diego Palacios, de las palmas y jaleos de los "gitanos heavys" Ali y Luis de la Tota, el bajo de Oscar Morgado y las narraciones de Francisco Alfonsin. "Santa Cruz", una canción que bien vale un reino, o dos.


Cierra este maravilloso e.p. de media hora que sabe a gloria y desesperación por ese final tan pronto, con "Betis, 41 suite", donde el protagonismo de la orquestación de Enrik García es total y absoluto, meciendote hacia ese puente de Triana, donde mirando al rio, recuerdas la última frase "Pero esa, es otra historia...", deseando que esa otra historia, pueda residir lo antés posible en tus oidos. No acaba aquí la cosa, como bonus track, Ricardo ha incluido la versión demo de "Llantos del Altozano", donde encargandose de todos los instrumentos, junto a la flauta de Jorge Rivero, llena de magia el ambiente, gracias a esas guitarras sintetizadas. "A galeras (non versión vox)" y "Cianocrilato (radio edit)", ponen fin a un disco, a cuyo final, no tienes otra opción que volver a poner desde el principio.

Grabado en los New Sin Studios de Loria, Italia, Dalamix, Mágica Estudios, La Casa de los mil ruidos, Duende-V Studio (Madrid) y La Bodega (Jerez de la Fra.), por más que escuches este "Betis, 41", no puedes más que sorprenderte con cada escucha y admirar aún más el talento y valor de Ricardo Moreno, que en estos tiempos difíciles, en los que ministros de tres al cuarto menosprecian la cultura, en el que la música ha sido absorvida (o lo intentan, pero aún muchos resisten) por parte del negocio fast food televisivo, en el que los grandes medios de difusión se dedican a revisitar noticias intranscendentes, sobre músicos sin caracter, o que lo han vendido por 30 monedas de oro, discos como este de Vodevil Vargas, es una llamada de atención, de que aún hay gente que cree en la música, en el talento, en la dignidad del músico y el arte. Si Ricardo hace ya mucho que se ganó mi amistad, ahora ha ganado para siempre mi admiración y respeto a su trabajo. Grande.




Comentarios

RTHB ha dicho que…
Man, la has clavado!! No tengo nada más que decir a lo que acabo de leer. Felicidades a Ricardo por obsequiarnos esta maravilla, y a ti por este texto.

Saludos.
Orlando ha dicho que…
Enhorabuena Ricardo .
Vodevil Vargas ha dicho que…
Muchas gracias por vuestros comentarios, amigos! Es un placer que os guste. Un abrazo a todos y felices fiestas para todos los lectores de Motel Bourbon!
Anónimo ha dicho que…
Muy buena reseña, creo que describe a la perfección lo que Ricardo ha querido transmitir. Mi admiración y respeto también a Ricardo Moreno, la gente valiente que arriesga son los que hacen que todo fluya y se vea un horizonte, más gente como él hace falta en este país. El CD de Vodevil Vargas lo tengo puesto en mi equipo desde que me llegó y ahí va a estar mucho tiempo. Felicidades Ricardo, y felices fiestas a todos :))
King Piltrafilla ha dicho que…
Joder, ya he estado escuchando el Betis 41 desde que se colgó en YouTube y estaba esperando a recibir mi copia para hablar de ella. Sin embargo, ¿qué más se puede decir después de esta entrada? NADA. Subscribo cada línea y está tan bien dicho todo que huelga añadir nada.
Gran obra, gran músico y gran crítica.