1000: BIKINI RED DE THE SCREAMING BLUE MESSIAHS (1987)
Antes que nada me gustaría decir que es todo un honor que el amigo Carlos me haya invitado a participar en su ilustre Motel. Este sitio ha sido una de mis referencias desde el mismo instante en que lo conocí, y su creador, un hermano en la distancia. El tío escribe desde el estómago, compartiendo con nosotros sus experiencias, desnudándose en cada línea. No concibo otra forma de expresión que no sea desde las entrañas, quizás por eso mi afinidad con él. Cuando me comentó que quería que participase en el blog, le sugerí la idea (puesta en marcha por mi propia cuenta, tomando como referencia las listas de RYM) de una lista con los mil discos de hard rock más sabrosos. Y me dio carta blanca. Así que, esto es lo que hay: Los 1000 discos de hard rock mejor valorados en RYM.
Tengo que decir que la lista se actualiza constantemente ya que son los propios usuarios quienes, con sus puntuaciones, la hacen posible. Eso también me da un poco de libertad para escoger los títulos y no repetirme demasiado con las bandas, ya que un disco puede estar un día en el puesto 998 (p.e) y al siguiente quedarse fuera, o viceversa. En fin, que lo disfruten.
The Screaming Blue Messiahs fue una banda de corta vida (1983-1990), con apenas tres discos oficiales, cuatro si se cuenta el miniLP de debut, y que consiguieron llamar la atención de la crítica inglesa hasta el punto de que todo un David Bowie dijo de ellos que eran la mejor banda del momento. Fue precisamente tras la publicación de este Bikini Red (WEA, 1987) que Bowie se los llevó de teloneros en un par de fechas del Glass Spider Tour, y la banda giró por su cuenta por América (donde telonearon a los Cramps), Australia, Europa,...
El disco, como la banda, bebe del pub rock londinense, el pop, el punk, el rhythm & blues y el rock & roll. Es una amalgama de todos los estilos, con Bill Carter a la voz y guitarra como gran maestro de ceremonias.
El disco arranca con Sweet Water Pools (con una intro que recuerda al Bang Bang de Iggy Pop y que Bowie versionó en su Never Let Me Down ¿coincidencia?), un trepidante hijo bastardo del post punk de unos Lords of the New Church, incluso de los Cult más oscuros. El disco continúa con Bikin Red, un tema de transición entre la oscuridad del anterior y los guitarrazos de la siguiente, Too Much Love, un rock 'n' roll de acordes y ritmo poderosos. I Can Speak American está en la mejor tradición Clash, que seguida por Big Brother Muscle hacen que tus pies no paren un instante.
I Wanna Be a Flinstone, un viejo tema de la banda que recuperan para el disco, apareció como single en enero de 1988 y se convirtió en su mayor éxito. Supongo que hacer una canción con referencias a unos dibus como Los Picapiedra te asegura el éxito, porque sino no entiendo... es de lo más flojo del álbum. Los guitarrazos y el ritmo trepidante continúan con Jesus Chrysler Drives a Dodge. Y para que no decaiga la fiesta nos llegan la bailonga Lie Detector y la rocanrolera 55-The Law.
All Shock Down es un corto rockabilly que se queda a medio camino de ninguna parte; y para cerrar el disco se recrean con Waltz, un tema lento y efectivo como guinda final de un disco ecléctico, fiel a la tradición ochentera.
Seguramente no sea uno de los discos más identificativos del hard rock, pero desde luego es toda una joya del rock inglés 80's.
By Dregenwar
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