ROBIN TROWER -SOMETHING'S ABOUT TO CHANGE
Hace ya muchísimo tiempo que alguien me dejó aquel vinilo con el que descubrí a Robin Trower. Para ser sincero, no recuedo que disco era, pero si que me llamó muchísmo la atención, tenia mucho sabor a Hendrix aquella grabación. Han corrido muchos buenos ratos desde entonces, y un buen montón de canciones del guitarrista británico, han ido sonando en mis altavoces, durante las casi tres décadas pasadas desde aquel momento. El tiempo pasa para todos, pero algunos parecen estar hechos de un pasta especial. 70 años amparan a Robin Trower, y como él mismo ha declarado, sigue viviendo para tocar la guitarra, para hacer canciones. "Something's about to change" es su nuevo disco, y debo reconocer, que le había perdido la pista desde aquel "Seven moons" con Jack Bruce.
Este reencuentro con el británico, ha sido bueno, porque sigue siendo un mago de las seis cuerdas. "Something's about to change" , es blues por encima de todas las cosas, con ese sabor añejo al british blues, desconectado de cualquier lado salvaje, para centrarse en canciones que rondan los medios tiempos y en su omnipresente guitarra. Junto a Chris Taggart (batería) y Luke Smith (teclados), encargándose él mismo de voces, guitarras y bajos, se ha encerrado en los Livingstone Brown, at Studio 91 in Newbury. El primer tema, que da nombre al disco, tiene una impronta rockera, tanto por el sonido como por esa guitarra que va dibujando la estela a seguir. Pronto baja revoluciones en "Fallen", pero de nuevo vuelve a sentirse el calor con esa magnífica "Riff nº7 (still alive)", donde Robin demuestra que la edad podrá mermar algunas cosas, pero la calidad y el talento, es imposible que lo haga.
Otra lección magistral de guitarra es la que nos pone al alcance con "Dreams that shone like diamonds", sin excesos, solo con clase. "Good morning midnight" es un fantástico blues lento, de los que te van meciendo. En "What you never want to do" recupera un poco de fuerza, a base de esa constante batalla linea de voz, fraseo de guitarra. El disco mantiene la misma tónica, canciones que de nuevo vuelven a abrazar ritmos más lentos, como "Strange love", "Snakes and ladders" o "God to grey", destacando la guitarra, y por supuesto la voz de Trower, que es fundamental para transmitir esa calidez presente durante toda la grabación y otros donde se deja entrever el lado más energético, sin salir siempre de los parámetros más blues, como en "The one saving grace" o "Up and gone". La elegancia siempre sobresale sobre el resto.
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