MEDINA AZAHARA - Llegó el día

Con la música de Medina Azahara me une un fuerte cordón umbilical que se nutre de emociones. El hecho  que fuese la única banda de Rock Andaluz activa cuando el veneno del rock se inoculó permanentemente en mí, reforzó dicho afecto. Tanto, que incluso atesoro vivencias personales que viajan unidas a sus canciones. Estando mi mujer embarazada de nuestra hija mayor, decidimos que si era niño ella elegía nombre, si era niña, yo. "Junto a Lucía" hizo el resto. Medina Azahara  ha resistido el paso del tiempo de la mejor manera posible,  a base de buenos discos y mejores directos. sus armas siempre están alzadas. Para mucha gente quizás alejada del hard rock, donde Medina Azahara se asentó en busca de un público fiel y bien avenido - como el propio Manuel Martinez afirmó acertadamente alguna vez, somos la única banda capaz de gustar al público de Los Chunguitos y al de Judas Priest - quedan en un secundario y olvidado lugar cuando se refieren al Rock Andaluz, o se acercan ahora al calor de este, pretendiendo desenterrarlo de algún lugar recóndito donde tal vez haya vivido para ellos, pero nunca para muchos de nosotros. ¡Y no sólo ahora!. Recuerdo una conversación con alguien que afirmaba con vehemencia, que Medina Azahara se habían convertido en una especie de orquesta que pululaba de feria en feria, ¡y lo decía en 1992, cuando los cordobeses sonaban en todos lados con aquel disco llamado "Sin Tiempo" que vendió más de cien mil copias en tan solo tres meses!. En fin. Hablamos una banda de la que sinceramente he perdido la cuenta de discos editados, 21 en estudio, pero sí contamos directos y recopilatorio oficiales, posiblemente pasen de los 30, algo no muy habitual en el rock de este país.


Una vez reivindicados por mi parte - como si su música nos bastase por sí sola - , ahora ellos  deciden hacer lo propio con Triana, banda estandarte del Rock Andaluz y de la que los cordobeses siempre se han mostrado como grandes devotos - no en vano, "Abre la puerta" y "El lago" llevan mucho tiempo formando tiempo del repertorio de Martinez, Ventura y compañía - con este "Llegó el día"  desde la portada, apareciendo como insigne trío. Si algo destaca de este "Llegó el día" es que Medina Azahara mantiene firme el espíritu de Triana, pero ha logrado dar un barniz distinto a las canciones y  no se las haya llevado a un terreno más potente o duro, donde  se sientan más cómodos ni se han dedicado a fusilar fielmente cada una de ellas. El track list me parece muy bien elegido, y eso que hablando de Triana es excesivamente fácil echar de menos canciones o proponer otras que podrían entrar, e incluso crear un listado alternativo a aquellas que nos lleguen con más facilidad al alma.  La producción y los arreglos son el gran acierto - por supuesto no hace falta decir que la interpretación de las canciones, que es obvio - de esta grabación y ahí tiene su parte de culpa Jose Luís Figuereo, El Barrio, reconocido fan de Triana que ha sido capaz de añadir ese toque, no tan distinto pero a la vez diferente que enriquece las canciones.




Abren el disco con la siempre apuesta segura de "Sé de un lugar", en la que el teclado asume el protagonismo, sustituyendo el sonido más prog de la original, para sustituirlo por un cariz más íntimo en detrimento del tratamiento más rockero que siempre me ha pedido esta canción y que tal vez  hubiese sido el camino más sencillo. Elegante "Cae fina la lluvia",  regusto blues que reside en la versión original a la que introducen unos fantásticos coros y la cadencia de la voz de Manuel Martinez que sigue pletórico, con mucha profundidad. Triana además de su música, allá donde fuesen capaces de llevarla, de inspirarse para luego crear, también eran las letras de Jesús De la Rosa y algunas especialmente hermosas  se clavan como espinas, caso de "Quiero contarte", en el que la guitarra de Paco Ventura suena brillante. Y si hablamos de letras, que decir de "Sr. Troncoso", seguramente una de mis canciones favoritas de Triana en todos los sentidos que de nuevo Medina Azahara bordan, derrochando feeling, dando importancia a la rítmica marcada por las palmas, desnudándola para servirla como el manjar en si misma que es.

"Sentimiento de amor" conjuga perfectamente una primera parte más cercana a la original, enraizada en los orígenes,  una nana flamenca que aporta paz interior para luego acercarla a parámetros más propios de Medina Azahara con  fuerza controlada. "Tú frialdad",  versionada anteriormente por la banda,  nos la acercan en un formato más desnudo, un tú a tú con Manuel Martinez y su voz, la sinceridad y la emoción por encima de cualquier perfección. Transforman la bulería "Recuerdos de una noche", aminorando su impronta rockero, añadiéndole un toque arábigo por parte de los teclados, haciéndola sonar como si una composición propia de Medina Azahara se tratase. De mis favoritas de este disco es "Desnuda la mañana" con ese bajo de corte funk preponderante y la guitarra de Ventura facturando uno de los riffs más potentes toda la grabación, mandando en buena parte de la canción para terminar en un fabuloso duelo con el teclado.

Otra de las canciones comercialmente más conocidas de Triana y seguramente mas versionada es "Una noche de amor desesperada",  la más pareja a la original y en el que destaca ese Wah-Wah de guitarra.  De una reconocida, a otra que queda un poco escondida en el catálogo de aquellos que profundizan en Triana y su tesoro en forma de canciones como es "Llegó el día" a la que despojan de ese sonido de rock sinfónico que el teclado  daba en la original para con una nueva capa lucirla como un  sentido medio tiempo que se agarra con fuerza al alma. Escuchando la letra en la voz de Manuel Martinez no quiero imaginar el dolor que le embargaría al cantar ciertas partes de la letra en estos momentos. Un enorme homenaje de una banda señera del Rock Andaluz, quizás el buque insignia de este. Ojalá nunca nos falten los cordobeses.




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