viernes, 24 de enero de 2025

Oranssi Pazuzu - Muuntautuja (2024)


Si en la reseña del disco de Traveller disertaba sobre la convivencia de tradición y vanguardismo, con los canadienses como muestra palpable de lo primero, los noruegos Oranssi Pazuzu serían representación pertinente de lo segundo. Si nos dirigimos al diccionario de la R.A.E. para buscar la definición de vanguardismo, nos encontramos con la siguiente descripción: “conjunto de las escuelas o tendencias artísticas y literarias nacidas a finales del siglo XIX con intención renovadora, de avance y exploración”. Sin pretender contradecir a la R.A.E., e incluso con la temeridad de estar utilizándolo de manera no correcta, permitirme mantenerme en mi empeño de utilizar el término vanguardista cuando hablo de ciertas tendencias dentro del Black Metal, desconozco si debido a que la oscuridad logra difuminar cualquier línea que pretenda delimitar sus esquemas, y gracias a unos músicos capaces de explorar diferentes sonoridades y adecuarlas a las densas atmósferas que quedan como principio determinante, referente para la identificación por muy “mínima” que pueda ser, y entended el entrecomillado aunque haya incluso quien prefiera situarlos fuera del género o pasar por este de puntillas.

Tratar de detallar la música de Oranssi Pazuzu es harto complicado. Imponer reglas a “Muuntautuja” con las que extraer una descripción exhaustiva y científica escapa a mis conocimientos que se centran exclusivamente o casi, en la interpretación emocional que transmiten sus canciones. Seguramente la sonoridad de su lengua nativa hace que el impacto aumente y ayude a imponer esa sensación de asfixia y desasosiego que producen sus canciones. En su música hay elementos que exhasperan, su disonancia ataca mis nervios, pero también en eso consiste el ataque directo a las sensaciones y emociones que debe representar el arte. Reflejos industr de una sociedad mecanizada que crean una sucesión de sonidos como ordenada cacofonía. Canciones como “Bioalkemisti” con eses inicio a base de sintetizadores, la regresión sistemática de unos riffs de marcada marcialidad y una voz que desfigura las melodías, una sesión de tortura diabólica en alternancia interminable de dolor y placer. ¿Black metal?. ¿Psicodelia?. ¿Avantgarde?. Todo y más.




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