sábado, 29 de marzo de 2025

Malditos Ipods: Häxkapell - Lacuna Coil - Besna


El metal más extremo en todos sus concepciones  ahondó en la más profunda oscuridad principalmente en Noruega como bastión desde el que lanzar sus tentáculos hacia el  resto del mundo, pero no olvidemos que Suecia abrió su carretera al infierno con bandas como Sacramentum, Dissection, Watain, Marduk o Dark Funeral, sin olvidar jamás que el padrino de todo aquel movimiento, Thomas Börje Forsberg, conocido para la eternidad como Quorthon, leyenda bajo la marca negra de Bathory, nació en la localidad de Estocolmo.

Quorthon extiende su larga sombra sobre el metal oscuro en este  "Om Jordens blod och urgravens grepp", segundo lanzamiento de Häxkapell, que bajo una base de Black metal primigenio, corrosivo, agresivo y oscuro, explora los vastos bosques del panorama folk consiguiendo acertar de pleno en su intención de crear una atmósfera épica que envuelva como una tormenta perfecta sus canciones. Janne Posti, ideólogo de este proyecto, no duda en ampliar miras sin conformarse con crear únicamente un solido bloque por el que sea incapaz de traspasar la luz. Podemos encontrar ecos de los Opeth más oscuros antes de asaltar los cielos del rock progresivo, o incluso del sonido Goteborg aunque para ello tengamos que agudizar bien el oido.

"Om Jordens blod och urgravens grepp"
es un disco descomunal de black metal épico, donde las atmósferas a pesar de la importancia que han adquirido cada vez más en el género, no atraen para sí mismas un protagonismo excesivo, sino que Posti consigue una mimesis oscura, donde estas forman parte de un todo. Canciones en pie de guerra, violines que aderezan pasajes folk de historias pasadas como ocurre en "Vindar från förr" crudos arrebatos de violencia sonora proveniente de las guitarras de "Satans rötter", esos ritmos pausados que crispan los nervios antes de la tormenta, como los que sobresalen en la canción que da titulo al disco o la llamada a la batalla a través de la épica vocal de "Metamorfos" o la acústica "Hem". 

Los italianos Lacuna Coil, comparten historia con muchas bandas coetaneas que despuntaron ante el público metálico lo que les llevó a atesorar una ingente legión de fans en un momento dado, y la cual sufrió una serie de adhesiones y abandonos según el sonido que el grupo iba construyéndose con distintas sonoridades que no siempre algunos han sabido entender. Estoy convencido de ello porque además conozco personalmente  alguno que otro, acérrimo de discos como “Comalies”  que no se sintieron atraídos por la evolución del grupo a pesar de que, y esto es una opinión personal, aquel tipo de Gothic Metal inicial tenía muy poco recorrido y pocas son las bandas que se hicieran un nombre en ese día que no fuesen mutando en posteriores grabaciones.

Una vez superado un debate que debió quedar zanjado en el pasado, nos encontramos con un nuevo lanzamiento de Lacuna Coil en el que tratan de aferrarse a esa complicada pirueta que consiste en no abandonar su sonido “moderno” o actual y a la vez, hacer un guiño cómplice a aquellos viejos fans que añoran tiempos pretéritos o sencillamente saltaron en marcha del vagón de cola donde fueron alojándose en el devenir de las circunstancias. Pero dejemos ya de lado trillados argumentos a favor y en contra para centrarnos en este nuevo lanzamiento. Seis años de espera . Comalies XX” no voy a considerarlo más allá de una “anécdota” e incido en el entrecomillado para no herir susceptibilidades. Seis años para encontrarnos de frente con este “Sleepless Empire” que a mi personalmente me ha gustado y mucho. Como nunca me he considerado un die hard fan -ni nada parecido- de Lacuna Coil, me es más sencillo sacudir de mis hombros ciertos sesgos y concentrarme de manera objetiva en lo que me transmite el grupo.

Y me reitero en que disfruto una enormidad de las canciones que conforman “Sleepless Empire”, de su impronta agresiva que no duda en sacar músculo a relucir. Sigue presente esa concepción de metal moderno quecles sienta tan bien. Cristina Scabbia me sigue pareciendo una vocalista sobresaliente que ha sido capaz de afianzar ese detalle de personalidad de la banda a través de su registro vocal. Pero ojo, que la ferocidad de los guturales de Andrea Ferro no pierden comba y es que es posiblemente el miembro del grupo cuyo peso más ha ido creciendo. Si son los latigazos metálicos los que me provocan descargas en la espina dorsal, no puedo evitar que mi canción favorita del disco sea la pegadiza y maravillosa “I wish you were dead”, una cancion que si los designios de la música pop no hubiesen elegido los derroteros por los que deambula, podría ser fácilmente una canción al alcance de las grandes audiencias alejadas del metal. “Sleepless Empire” ha sonado en casa varias veces y ha llevado a vibrar los cristales de mi automóvil otras cuantas. Un si rotundo.

Hablar de términos como post black metal o black metal ambiental son un desafío constante, una pirueta desequilibrada sobre filos angulosos en los que se mueve la manera de componer de bandas dispuestas a desafiar estratos sociales musicales, podemos seguramente definir certeramente el origen pero no por ello acertemos a calibrar el presente. ¿Existe un paralelismo entre Alcest, Harakiri For The Sky u Oranssi Pazuzu?. Seguramente como nexo que como línea editorial definida. En la pleyade de bandas partiendo de los círculos gélidos de la oscuridad hacia esferas propias, podemos encuadrar a Besna. 

Procedentes de Bratislava, estos eslovacos cantan en su propia lengua nativa lo que acentúa aún más esa sensación exacerbada de tratar de definir de manera propia la huída de los cánones primitivos del black metal. El muro que construyen unas guitarras que a partir de su limpieza, de una claridad en contraste con la oscuridad que promulga las líneas vocales. Y es que ambas directrices forman parte de la columna central de los que Besna tratan de construir en este “Krásno”, la maquiavélica sucesión de riffs en los que la desmedida potencia no se enraiza en la crudeza sino que incide una y otra vez en mostrar esa faceta “limpia” mientras la voz explora los más sinuosos y cavernosos designios extremos del black metal como puerto de amarre con unas influencias que no terminan de escapar. Esa convivencia y connivencia entre dos mundos que fluyen como uno propio bajo los auspicios de la música de Besna.





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