Aquí hablamos de A.O.R. en las estructuras propias del género, no de esa apertura de líneas para introducir el hard rock melódico, antaño radiable, hoy nostálgico de esos tiempos, como parte de él. Esto es A.O.R. que rescata las sacras influencias de Foreigner, Journey, Magnum, Reo Speedwagon, Chicago cuando se acercaban sin complejos al género… y todos aquellos grupos que durante los 80 dejaron un puñado de discos imprescindibles como Giant, FM, Streets, Alien, Craaft, Airrace o Strangeways por nombrar tan solo unos cuantos que me han venido prestas a la mente.
“Garder la flamme” es una oda a la melodía y la elegancia. Un puñado de canciones en las que unos maravillosos músicos se lucen sin complejos ni imposiciones. Y es que escucho por ejemplo “Town of many faces” y en sus teclados finales aparecen en mi mente por ejemplo los Foreigner de “Cold as ice”, amigos, y eso nos es cualquier cosa. Con las guitarras en su punto justo para que no olvidemos ni un instante que hablamos de un disco de rock pero bajo el influjo constante de unos teclados que crean y recrean esa pomposidad tan propia y ese saxo que aparece una y otra vez añadiendo calor y calor a unas canciones que ya brillan de por sí de manera excelsa.Por supuesto destacar la grandísima actuación vocal de Fredrik Werner, cuya voz durante todo el disco comanda el buen hacer de Daytona, mostrando su capacidad para codearse con los grandes del género, siendo capaz de atraer en sí ese protagonismo tan necesario como identidad de un estilo donde la labor vocal juega un papel tan destacado como primer avance antes de ir descubriendo todos y cada uno de los detalles que atesora la música de Daytona contenida en este “Garder la flame” y que ejecutan perfectamente el guitarrista Erik Heikne, el bajista Niclas Lindblom, el teclista Johan Berlin y el batería Calle Larson. “Garder la flamme” es una auténtica maravilla.
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