VCTMS - “Pain processing” (2024)
Desde Illinois llegan Vctms, con su especie de metalcore rígido y violento, sus composiciones dirigidas por una ejecución vocal áspera y autodestructiva que estira los engranajes del metalcore sin miedo a que ninguna puntiaguda arista arañe el producto final o tal vez, buscando eso, cicatrices sonoras que supuran por los cuatro costados la fuerza bruta que reside en sus composiciones. "Pain processing" lo componen siete canciones que escupen rabia y golpean tu cerebro con puntería eficiente. Canciones como "Snuff.tape", desesperados guturales oscilando entre elementos industriales, arrebatos electrónicos, ritmos nu-metal pasados por la batidora del metal extremo y locura constante. Y es que todos esos elementos forman parte de un cóctel explosivo que son capaces de encajar voces limpias con la tormenta en que tornan una vez se introducen en la espiral de brutalidad que predican unas líneas vocales áridas como hacen gala en "Trapped in torment" o esa locura que deja en pañales a los Slipknot más insanos de canciones como "All that's left" con un riff metálico abrasador y una batería que construye un indestructible muro de contención mientras las palabras golpean cómo un jodido ataque preventivo. Vctms saben como procesar la manera de introducir líneas melódicas llegado el momento, caso de "Tourniquet" en el que la voz de Meredith se convierte por un instante en un remanso de paz antes y después de voraz desenlace vocal de Matalone. Es imposible no mirar hacia todos lados viendo como te vienen los golpes al sonar "Numb to it all" y salir ileso y no satisfecho del diluvio o "Mental//prison" en el que de nuevo se introduce con acierto la melodía de Meredith con sus partes vocales durante un corto instante.
A veces, sabes lo que esperar y coincide con lo que recibes. Probablemente es el caso de Morbid. Enfrentarse a un disco de los suecos es renunciar, voluntariamente, a cualquier resquicio de algo que no sea death metal en su concepción más cavernosa y ni tan siquiera el cambio de bajista ha insinuado abrir mínimamente sus pútridas ventanas por si entra algún eco desconocido para el espectro Morbid. "Skewered Beyond" es Death metal sin concesiones, sin rendijas, sin cicatrices por aproximamiento a cualquier otra cosa que no tenga nada que ver con su concepción y parámetros. Desde la voz, una letanía convertida en invocación que surge como cavernoso y pútrido himno de agonía que bien podría escapar de la garganta de monstruo que protagoniza la fantástica portada del disco, a esa batería o los riffs omnipresentes y detonadores de guitarra. La morbida lentitud de canciones como la que da nombre al disco o las aceleraciones de la batería en "Adoration of the pig lust" nos introducen una y otra vez en un mundo cerrado y virulento que los suecos saben construir perfectamente.
Cualquier fan de la ciencia ficción hemos leído/visto sobre la distopía de la dominación de las máquinas como camino hacia la (auto)destrucción de la humanidad en su concepto más espiritual y carnal. Sobre ello versa este "Ashes of aether" del duo alemán Black Sadhu en el que nos ofrecen un oscuro y desesperanzador viaje en espiral hacia un futuro desolador donde metal, carne y conciencia tanto humana como virtual se funden como apocalíptico presagio, todo ello el funebre tono del doom psicodélico que proponen los alemanes como mayúscula oda sonora al mensaje que encierra su obra. El poderoso transitar del riff sobre un cumulo de atmósferas inquietantes que te atrapan en un submúndo de ritmos contraídos y distorsiones desatadas que predican el lúgubre transitar entre las canciones del disco. "Ashes of aether" difunde una tristeza que se pega a la piel a la vez que despierta la intranquilidad y el desasosiego entre llamaradas de lacerantes tonos para construir un fantástico e hibrido funeral doom envuelto de un oscuro viaje psicodélico donde los límites del crono son una quimera.
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