THE BINGES

Ya he hablado alguna que otra vez, de que la musica va unida muchas veces al estado de animo y el momento. Tal como estan las cosas, tener un curro es casi un lujo, lo cual no quita, que cada noche pida que me toque la primitiva. Yo trabajo cara al publico, por lo que ademas de aguantar al jefe y los compañeros, tengo que aguantar a los clientes, muchos de ellos que se creen que tienen el derecho a pisotearte, y mas de una vez te tienes que morder la lengua con rabia e impotencia. Asi que cuando salgo del curro y me meto en el coche, lo primero que hago es encender la radio, y pegarle fuerte al volumen, para que cuando llegue a casa, los problemas laborales se hayan volatilizado, que nadie tiene que pagar por lo que no es suyo.

Como decia, la musica en ese momento es mi valvula de escape, y ahi juega un papel importante el punk rock. Reconozco que nunca he sido demasiado punk, lo mio es mas ese rock macarra travestido de actitud punk y guitarrazos descontrolados, ese que hace que el tipo del coche parado al lado mia en el semaforo, me mire extrañado y confundido, cuando grito a nadie en particular un fuck you motherfucker, a ritmo de rock and roll.















Y una de esas bandas que ultimamente me administro como terapia de choque son The Binges. Aunque su disco es de 2009, lo descubri hara un par de semanas, y cada dia voy por una nueva receta a mi Dr. Feelgood de rock and roll particular.

Formada por Dylan Squatcho a las voces, Mayuko Okai a las guitarras, Tsuzumi Okai al bajo y Travis "Skanki" Smith a las baquetas. The Binges son hard rock and roll sucio, furioso, clasico y agresivo, con actitud y ramalazos punks. Salidos de las calles de Los Angeles, donde se trasladaron las hermanas Okai desde su Japon natal, buscando ese boulevard de sueños de rock and roll.

El disco se abre con una patada en salve sea la parte, llamada "Hear me out", a la que sigue una veloz y macarra "Motorcycle song". Levantan un poco el pedal del acelerador -aunque no demasiado- para acercarse al rock mas clasico en "Upside down" y "Not my idea of a good time" que posee un riff envenenado totalmente adictivo.

Dylan se desgañita una y otra vez, con una voz ronca y a veces nasal, perfecta para el rock macarra y acelerado, fundiendose con la rabiosa forma de tocar la guitarra de Mayuko, que sin demostraciones innecesarias, sigue la maxima de riff after riff, escoltada por la potente base ritmica de Skanki y Tsuzumi.

"Baby gets her done" nos transporta al mas puro sonido angelino, mientras "Wake up the devil", que comienza con una guitarra acojonante, tira hacia un sonido mas clasico, hacia el lado mas blues del rock mas sucio. "I got a problem", es classic hard rock pero con ese estilo arrastrado del punk mas rocker o del rock punk.

"Hooray parade" continua con la avalancha de decibelios. Cabe destacar al bateria Skanki, que a pesar de lo simple que puede parecer su ejecucion, suena totalmente milimitrado y potente. Un comienzo de guitarras muy stoniano nos lleva a "Bad enough", un tema con un tratamiento setentero cercano al glam mas vicioso.



"Rock show" comienza como debe empezar un buen tema de sleaze, con grito de Dylan y un riff peligroso que conduce a un estribillo atronador, otro de mis favoritos, y que da fin a este disco, ideal para soltar adrenalina, disfrutar de unas cervezas y mandar a tomar por el culo a quien te plazca a ritmo de hard rock, punk y sleaze.