OVERKILL - WHITE DEVIL ARMORY
"Tu nombre siempre será recordado entre la legión de tus fieles creyentes". Algo así debería ser el epitafio para una banda como Overkill. Han pasado ya, casi 30 años desde aquel "Feel the fire". Recuerdo de chaval, que iba a todos lados, con una sudadera en la que llevaba estampada la portada del ep "Fuck you", y la leyendo, "we don`t care what you say, fuck you". Siempre un pasito por detrás de los cuatro grandes del invento, a pesar de ser compañeros generacionales, los de Bobby Blitz, se agazaparon al lado de esa segunda oleada de bandas de thrash metal, a los que siempre se les distinguía de los cuatro nombres que todos conocemos de sobra. Pero el tiempo, juez instructor estricto, ha demostrado que Overkill, auténticos currantes, y luchadores, además de estar aquí después de tanto tiempo, dispuestos a quedarse, ganándose a pulso su nombre grabado en el respaldo de la silla, del salón de los grandes del thrash metal.
Mientras otros han sucumbido con el paso de los años, bien por falta de inspiración, o por el deseo de renovación o cambio de aires, Overkill se han convertido, en mi opinión junto a Testament y Anthrax, en bandas que han conseguido que la salida de un nuevo disco sea una buena nueva, y que de momento, no me hayan decepcionado. Diecisiete discos les contemplan, algunos mejores que otros, pero sin poder poner objeciones a ninguno, eso es evidente, su música lo demuestra. Pero es que además, Overkill han conseguido, que sus discos de nueva generación, puedan plantar cara sin complejos, a los de los años dorados del thrash metal. Reconozco que siento una debilidad especial por esta banda. Los vi en directo en el Piorno Rock de 2002, y estaba nervioso ante la descarga de la banda. Incluso tengo mi entrada firmada por el propio Bobby Blitz.
En la actualidad, Blitz y Verni son los auténticos motores de la banda, sus cimientos, donde se conforma la base de su sonido. Pero eso no quita que Dave Linsk, Ron Lipnicki y Derek “the Skull” Tailer, aporten toda la consistencia necesaria, para que Overkill siga siendo una máquina de matar a base de riffs. Desde siempre, he sido un fan absoluto de las líneas de bajo de D.D. Verni, y por supuesto de la voz de Blitz, que es como el ataque de un tiburón. "White devil armory" es un discazo de comienzo a fin, para que andarnos por las ramas. Mientras muchos siguen esbozando una sonrisa cuando escuchan hablar de heavy metal, gente como Overkill desmontan cualquier teoría o patraña disfrazada de cliché, a base de canciones, que es como se muestran las cartas sobre la mesa.
Después de esa intro que es "XDM", se lanzan a degüello y sin piedad con "Armorist", esa batería a 100 por hora y ese riff aceleradísimo, junto a un Bobby que no quiere tomar prisioneros. "Down to the bone" es puro thrash metal, con ese estribillo característico, y esas guitarras hirientes. "Pig" tiene un riff brutal, muy heavy metal y un Blitz alucinante, que demuestra que aún es capaz de llevarse por delante al más pintado. En "Bitter pill" se produce un cambio de la velocidad que hasta el momento dominaba el disco, a favor de la contundencia en el sonido, de nuevo con unas guitarras buenísimas, y un Ron incontestable a las baquetas. "Where there's smoke" vuelva a poner la velocidad como arma de destrucción masiva al servicio de tus cervicales, con un Blitz que si bien, siempre me ha recordado a un Udo más speedico, aquí lo vuelve a hacer.
"Freedom rings" es un ejercicio enorme de thrash metal, porque Overkill no solo son esa agresividad permanente, además son grandes músicos, y la estructura de esta canción, deja buena muestra de ello, realmente, todo el disco lo deja. "Another day to die" vuelve a mostrar a la banda en todo su esplendor, intercambiando velocidad por contundencia, con ese aura de potencia que te deja satisfecho a más no poder. Para definir a "King of the rat bastards", el mejor término que se puede utilizar es riffs, riffs, riffs, y ojo a ese estribillo a lo Accept. "It's all yours" vuelve a mostrar unas guitarras alucinantes, de nuevo con el potenciador al máximo, dejando claro, que son una enciclopedia para todo aquel que pretenda seguir al día con el thrash metal o introducirse en su mundo.
Cierra el disco con "In the name", con ese aire épico, casi de paseo militar tras la devastación de la batalla, con un intercambio de riffs digno de grabar en la memoria. Un par de bonus track como regalo, "The fight song" es el primero y el siguiente, "Miss misery", con la participación de M. Tornillo, compartiendo voces con Blitz, y cerrando el círculo Overkill/Accept. Pedazo de disco, si señor, y es que estos tipos, como el buen vino, no se si mejoraran con los años, pero lo que está claro, es que este no parece pasar por ellos. Ojalá sigan dándonos estas alegrías.
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