FOR THOSE ABOUT TO ROCK, WE SALUTE YOU MALCOLM YOUNG

"En cada concierto de rock and roll, las campanas suenan por Malcolm Young", no, no, no os asusteis, Malcolm no ha muerto, pero, ¿acaso no es cierto, que cada vez que un músico debe dejar los escenarios, abandonar su instrumento, en cierto modo, muere un poco, cada día?. No os voy a contar nada nuevo, seguramente, todos ya conocéis la noticia, y habréis leído miles de artículos, visto millones de comentarios en las redes sociales, cientos de conversaciones con colegas, porque AC/DC no son una banda cualquiera, ni siquiera para los que llevan tiempo empecinados en menospreciarlos, porque estoy seguro, que en su interior, les sigue ardiendo la llama, cuando suena alguno de los clásicos de la banda, porque AC/DC son esa banda que todos amamos, ese significado perfecto de la palabra rock and roll, pero con mayúsculas, que siempre tendrás a tu lado, y Malcolm, es parte fundamental de ello.

No es la primera vez que la banda debe superar un escollo importante, de esos que te dejan heridas para siempre. Primero fue la muerte de Bon, alguien cuya voz, cuya actitud, le han colocado para siempre en los altares de muchos de los que idolatramos esta música y a aquellos capaces de llevarla hasta nuestras vidas. Fueron capaces de seguir adelante, sin buscar sustitutos, sin querer cerrar el pasado, solamente, haciendo lo que mejor sabían, componer buenas canciones, y parte de culpa es de Brian Johnson, que supo rápidamente, ganarse el corazón de los fans de la banda, y de los seguidores del rock en general, con su forma de ser, actuar y su respeto hacía el legado de Bon. Ahora se encuentran con que Malcolm ya no estará más, a un lado del escenario, marcando esos ritmos que han hecho a AC/DC, tan grandes, tan importantes en este mundo nuestro del rock and roll.

Quizás todas las miradas, siempre se centraron, en Angus, en Bon, y más tarde en Brian, pero nadie puede obviar la importancia de Malcolm, como su magia ha sido fundamental, para junto a su hermano, hacer que millones de personas, nos convirtamos en devotos de sus canciones, de su música, de su ritmos. He tenido la suerte de verles en directo, de vivir esa ceremonia eléctrica y sentir como mis vellos se erizaban con cada canción, como la emoción me embargaba con cada estribillo, y eso es algo que va más allá del dinero, del éxito, de cualquier cosa material, es una comunión, que solo los más grandes son capaces de ofrecernos, y que no soy capaz de describir con cuatro torpes palabras. Su sobrino Stevie ocupará, no, nadie podrá ocupar su lugar, ni AC/DC son banda para ello, Stevie seguirá el legado familiar, para que la liturgia de los watios siga viva. Malcolm, cuidate, nosotros te saludamos.