"...pero hay algo que los une, los distingue, pasión del heavy rock, es su fuerza, su razón de vivir...". No
era sencillo ser heavy en los ochenta y principio de los 90. Pero si
era excitante, único. Aquello de que el heavy era más que una música,
que era una forma de vivir no era más que una realidad para todos
aquellos que nos reuniamos alrededor de su ritmo. Repito, no era nada
fácil. Vivir marginados - o automarginados dirán algunos- alrededor de
un radiocassette y una legión de cintas grabadas y manoseadas. Litronas
en el parque. Alguna pelea. Cacheos por parte de la policía. Miradas de
recelo de la "gente de bien". El refugio de una canción. El deseo de
pertenencia al grupo. Los sueños de futuro mezclados junto al hambre de
un presente aún por vivir, por devorar. Ojeadas desconfiadas. Alegría
mal disimulada cuando te encontrabas con alguno de los tuyos. Unos
cuantos quedaron por el camino. El caballo fue un mal compañero de
generación y se cebó con la gente de la calle, con aquellos que
confiaron a él sus ansias de rebeldía. Otros se abandonaron al redil
mientras se iban transformando en perfectos seres normales. Quedan los
que seguimos mirando con nostalgia el pasado y sin miedo al futuro. Fue una mirada desafiante a los ojos de un sistema que no
nos aceptaba ni puñetera falta que nos hacía.
Entre
canciones y discos, la fuerza como icono se imponia. El heavy no
era violencia pero si violento, al menos como idea, imagen, pasión.
Ritmo para desheredados, para aquellos incitados por motivo propio a
vivir al margen de la sociedad. El heavy en nuestro país también tenía
sus heroes. Gente que luchaba en un local de ensayo y recorría la ruta
de los sordos hasta conseguir editar sus trabajos. Discos que marcaron
una generación, que jamás deberían quedar en el olvido. El heavy en este
país siempre tuvo un marcado caracter social propio del que vive a pie de calle. Una especie de autodefensa ante una
realidad dura y escarpada. Un escudo contra los golpes que venían de
todos lados. Este artículo solo pretende ser un homenaje a todos
aquellos que crearon una forma de entender la vida, de comprender la
amistad, la unión, de forjar una manera de ser. Un recuerdo a todos
aquellos músicos que en cada rincón de nuestra geografía dejaron
canciones que formaron parte de la banda sonora de unos tiempos que
vivir y pelear. Canciones entre puños apretados y lágrimas de rabia.
Canciones de heavy metal de la mano de algunos de los muchos que han contribuido a escribir nuestra historia.
TRAFALGAR - La máquina/Pero que gente- (1980)
Banda
madrileña formada en 1979 por Pepe Martín y Leo Vignola a las
guitarras, Félix Ramirez al bajo y Manolo Jiménez a la batería. Editan
este single con Chapa en 1980 que además mete las dos canciones en aquel
recopilatorio de Mariscal Romero llamado "Viva el Rollo! Vol. 4". Se
les uniría en 1981 a la voz Miguel Oñate. Trafalgar se presentan al
Villa de Madrid del 81 que ganan Obus. Puro hard rock de final de los
setenta que ya dejaba entrever lo que serían los inicios del heavy
rock. Finalmente ponían fin a su historia en 1982. Oñate pasaría a
formar parte de Asfalto en 1983 y Vignola acabaría tocando con Labanda.
ZARPA - ANGELES O DEMONIOS (1982)
Si tenemos que hablar de bandas míticas del heavy nacional está claro que los valencianos Zarpa merecen su puesto de honor en el olimpo de los dioses y un luchador incansable como Vicente Feijoo todo el reconocimiento del mundo a su honestidad impagable. Formados en el 78 este "Angeles o demonios" fue el disco que les puso en boca de todos. Puro heavy metal capaz de mirar frente a frente a quien sea. Grabado por Vicente Feijoo, guitarra y voz, Eduardo Feijoo al bajo, Javier Hervías a la otra guitarra y Jesús Martinez a la batería. Junto al posterior "Herederos de un imperio" dos obras imprescindibles del heavy metal y no solo patrio.
ORQUÍDEA - Rock (1983)
Banda
formada en 1983 por el guitarrista Enrique Beltran (Goliath, Ñu)
entrando a formar parte de Orquídea el teclista José Barta (Tritón,
Goliath, Jupiter, Barón Rojo) que por entonces tenía 18 años, y Carlos
León a la batería y Pancho a la voz (Greta) que dejó su lugar a Maxi
González (Tritón, Cobra, Barón Rojo) para grabar en 1983 este "Rock", un
disco lleno de buenas canciones pero con una producción paupérrima que
resta poder a la grabación. Aún así se puede disfrutar de un heavy rock
propio de los primeros ochenta con riffs muy buenos como el de "Un
número más" y en el que destaca el trabajo de Barta a los teclados.
Cuenta el propio bajista original de la banda en el blog Revolution Rock ñ Roll que cuando ficharon por Linterna Música, la discográfica largó de la banda al bajista y colocó en su lugar a David Litscher
PARKING - Héroes de cartón/Exterminador (1984)
Parking
se forman en 1981 en Ceuta. La formación original la componen Enrique
Lepiani (voz y guitarra), Luis Zapater (guitarra solista), Damián Ríos
(Batería) y Luis Miguel de Juan (Bajo). Se incorpora Manuel Márquez a
las guitarras quedando Enrique solamente como vocalista. En 1984 tras
ganar por segunda vez el Concurso de Rock del Ayuntamiento de Ceuta,
donde por cierto también participaron Ago la banda por aquel entonces de
Paco Ventur, graban este single cuya
cara B "El exterminador" suena muy pero que muy bien, puro heavy
ochentero con un estribillo que se te queda a la primera. En 1987 ponían
punto final a su historia.
ROCKSON - Herederos del Rock (1984)
Formados
en Figueres en 1979 por Joan Cardoner a las voces, Frank Villa a las
guitarras, Andreu Bassagañas a las teclas, Joan Gelis al bajo y Ángel
Arias a la batería no es hasta 1983 cuando consiguen meterse en el
estudio de grabación para dar forma a las cuatro canciones que formarian
parte primero de un maxi llamado "Heavy metal" editado por la banda y
un años más tarde se convertía este "Herederos del rock" con otra
portada y lanzado por Dial. Hard rock potente, con mucha presencia de la
guitarra. Ángel fue sustituido a la batería por Martín Rodriguez que
tocaría en Sangtrait. La banda llegó a aparecer en el programa Tocata.
Años más tarde Joan y Martín volvieron a resucitar a Rockson e incluso
consiguieeron lanzar un larga duración.
CHACAL - El legado de Nostradamus (1985)
Chacal se forman en Palencia a principio de los ochenta y en 1983 lanzan su debut "Historias de un vagabundo". Dos años más tarde lanzan esta cassette de sonido infame pero con canciones más que interesantes donde dan rienda suelta a su hard n heavy tan en boga en aquellos años y es una verdadera lástima que la producción se cargue un disco que no esta nada mal. Blás Hernández a la voz y guitarra (fundador del grupo), Nani Sardón al bajo, Cesar Rojo a la batería y Suso Tejedor a los teclados es la formación que graba este "El legado de Nostradamus" editado por Kamikaze Records. El resultado de la grabación así como el recibimiento que tuvo desanimó al grupo que decidió disolverse. Años más tarde han vuelto de la mano de Blas haciendo una historia más cercana al pop, pero eso ya es harina de otro costal.
ZERO - En la batalla (1985)
Cuando surge la posibilidad de que Salvador Dominguez colabore con Danny Peyronel formando Tarzen queda claro que Banzai comienzan a tambalearse a pesar del éxito de "Duro y Potente". El teclista que venía de colaborar con U.F.O. impone a su hermano Michael a la batería y el mismo se encarga de las voces en Tarzen, la banda que forma junto a Salvador lo que deja a Jose Antonio Manzano con la perspectiva de volver a comenzar con otro proyecto. De ahí nace Zero. Manzano lanza este "En la batalla" de clara orientación hard rock buscando ese sonido americano que luego explotaría definitivamente con su propia banda. Hubo proyecto de un segundo disco con Tony Urbano al bajo, pero a Manzano los cantos de sirena le hablaron de una posible reunión de Banzai y al final eso acabo con Zero. Un muy buen disco.
SHAZAN - Seducción/ Rock n Roll (1986) Shazan es nada más y nada menos que el génesis de esa gran banda que fueron Hiroshima con Jose Castañeda "Lili" a las voces. El vocalista que ya había ganado en Villa de Madrid con Sangre Azul y con Tritón, se volvió a presentar esta vez con Shazan quedando terceros. Solo grabaron este single con dos canciones que es una jodida maravilla, puro hard rock orientado hacia el sonido que causaba furor en los States. Lili dejó la banda, Jose Miguel Ross cambió las baquetas por el micro, se pasaron al inglés y voilá, tuvimos a Hiroshima.
ZEPO - Portero del infierno (1986)
Desde Albacete nos llegaba en 1986 este "Portero del infierno" grabado por Zepo, único disco grabado por la banda formada por Jesús Martinez, Carlos Aguilar, Alfonso González y Juan Gómez en Madrid. Un disco buenisimo y que contrariamente a lo que por desgracia era habitual en la época goza de una buena producción que te permite disfrutar de las canciones de los albaceteños. Su sonido se mueve en los parámetros del heavy metal nacional de la época aunque sus letras escapan de la temática social de aquellos días para introducirse en pasajes cercanos a bandas foráneas. Por desgracia solo dejaron este disco antes de separarse y no volver a saber nada más de ellos.
1987. Desde Sevilla se fleta un autobús destino a Talavera de la Reina. En él, José Manuel, Pepe y Rafael, miembros de Acracia junto a un puñado de amigos, fans y familiares dispuestos a apoyarles en el Primer Concurso Nacional de Pop-Rock que se celebraba en tierras Toledanas. Acracia se trajo el premio lo que les valió, además de la compensación económica, incluir dos canciones en un disco compartido. Mientras grababan dichas canciones en Madrid, el técnico del estudio les ofreció grabar un disco completo por 100.000 ptas si lo hacían en 24 horas. Dicho y hecho, en 28 horas, masterización incluida, los hermanos Sánchez (José Manuel y Rafael) dieron vida a “La otra Sevilla”, un disco donde música y letra convergen de una manera tan natural como fluida que les llevó incluso a girar por Alemania, donde recibieron una oferta para firmar por cinco discos con una multinacional, que rechazaron por ir en contra de sus ideas.
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