STEVE CONTE - Bronx Cheer
Ocurre una cosa que se va repitiendo los últimos tiempos, una y otra vez como una insistente señal. Llega el final del año y en mi cabeza voy haciendo cábalas para plasmar los discos que más me han gustado, y aunque pienso que lo tengo casi materializado, estando seguro de que mi memoria se deja en el tintero alguno por el que luego me maldeciré, me enfrento a los últimos discos del año y zas, al lío, a rehacer la puñetera lista. De momento, me ha ocurrido con dos y uno de ellos es el de Steve Conte. Este tipo es uno de esos músicos que voy a alinear siempre entre los míos. ¿Razón?. Company of Wolves, New York Dolls y Michael Monroe. No creo que necesitéis ninguna más. Yo tengo claro que no, aunque podría seguir enumerando grandes y conocidos músicos que han contado a lo largo de los últimos años con la guitarra del neoyorquino a su servicio. Pero no hablemos ahora de otras historias sino vamos a centrarnos en lo este trabajo en solitario, auspiciado bajo su propio nombre.
Steve nos sirve en bandeja este “Bronx Cheer” que es puro New York en esencia y espíritu. Nos lo cuenta junto a su hermano John Conte al bajo y Charley Drayton a la batería, dos tipos que cuando hablamos de ellos es hacerlo también de Southside Johnny & The Jukes, Bowie, Ian Hunter, X-pensive Wino, Keef, Iggy Pop o The Replacements. ¿He dicho algo?. Y con la clase y energía que desprenden nos topamos con once canciones que brindan por Johnny Thunders o Steve Harley en unas canciones pero también por los grandes del rock americano en otras. Steve Conte se nos presenta como un fantástico contador eléctrico de historias de la gran ciudad que van desde el destello de sus luces a los sentimientos encogidos de sus casapuertas. Ramalazos punk en "Liar like you", rock pleno de energía en “Those sexy lies”, “Gimme gimme rockaway”o “My degeneration”.
Pero no solo de músculo presume este disco de Steve Conte. Presumiendo de coros en "Recovery doll", con un estribillo de marcado carácter pop mientras la estrofa puede recordar a lo que hace con Michael Monroe o es tono intimista que adopta en otras como "Flying" o el medio tiempo "Guilty" con ecos soul. Sin lugar a dudas un disco fantástico de uno de esos tipos que desprende autenticidad por cada poro de la piel.
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