THE BO DEREK’S - Inféctame Baby!

A estas alturas de la vida, después de tantos años de zapatos de gamuza azul y distorsión, sigo desconociendo - y me importa bien poco - si existe un jodido manual del rock and roll. De ser así,  y no solo  consista en acumular canciones escuchadas, sino que por algún lugar ande un mamotreto concienzudo de finas definiciones, no debería reposar en ninguna pinacoteca, museo ni biblioteca nacional, sino en el trastero de algún grasiento garito con escenario y botellines de cervezas a precio asequible. Ese mismo lugar donde tengan vetada la entrada aquellos que decidieron desterrar de su filosofía de vida lo de que el Rock And Roll es mucho mas que un tipo de música y crean en que es una manera de vivir. Y  añadiría, de entender la vida, que puede parecer lo mismo pero no lo es. De todos modos, si te has empeñado en mutar en una especie de Indiana Jones de tiempos modernos, saqueando excavaciones virtuales en las carreteras secundarias de internet, no seré yo el que ponga objeciones, que bastante tengo conmigo mismo y mis circunstancias, que se van acumulando a pares al mismo tiempo que arranco hojas del calendario cuando me acuerdo. Eso si, cuando te des por vencido en tu búsqueda, aquí te traigo una solución a tus ruegos y oraciones.


"Inféctame Baby!", segundo larga duración de The Bo Derek's es tu arca perdida, amigo. Colócalo junto al estante donde guardas aquellos discos de los Stones, Burning, Supersuckers, Bo Didley, AC/DC y tantos otros que son la verdadera fuente de conocimiento del Rock And Roll como forma de vida, muerte y por supuesto, de sumo disfrute. Pero antes de ello, gástalo de tanto escucharlo, hasta que tus neuronas, las que te queden sanas, sean capaces de silbar sus canciones aunque tus intenciones estén inmersas en otras historias. "Inféctame Baby!" es esa reivindicación tan necesaria del Rock And Roll canalla y granuja, de mensajes directos y otros velados, de noches de humo y agua de fuego. Oscar Avendaño, Jorge Lorre y Rufus se despojan del iluso camino de la única verdad absoluta para sumergirse en el bastardo y travestido juego de luces brillantes consistente en absorber y aspirar de un lado y otro sin pena ni culpa. Desde el rollo Didley de "Hey Bo Derek!", el pub rock de "Godzilla vs Kong", el olor a calle de "Tirao" revestido del sonido más clásico, o el acelerado y descarado "En el water de señoras".

The Bo Derek's te ponen en pie, porque aunque sus miembros tengan espíritu y alma también en otros proyectos paralelos, tanto Avendaño con Reposado como Jorge y Rufus con The Wavies Gravies, cuando encienden las luces rojas para dar rienda suelta a The Bo Derek's, la adrenalina, al menos la mía, se multiplica hasta límites insospechados. Historias tuyas, suyas, nuestras y por supuesto de ellos, salpicadas de glam rock como la de "Recuerdos del paraíso", el sutil country punk rock tamizado de "Más rápido que tú", el cara a cara de "Como un herpes", la melodía desatada de "Humo" que se va acelerando progresivamente, el ramalazo blues de "Otro día de furia" y el Rock And Roll directo de "Voy a reventar". Las maneras siempre son las adecuadas si tus pies no se pueden dejar de mover, si la fiesta pega una patada en el culo al pesar. Efluvios garage de ritmo pausado en "El rey de la ciudad",  vertiginosos en la frontera del bien y el mal con "Sasha Shulgin (no hace prisioneros)" y para terminar la desenchufada "Metido en un maletero". No, no me olvido de que también rinden tributo a Roy Loney a través de su "Don't Believe those lies". Pongáme otra colega. Sí, otra copa y otra canción.

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