miércoles, 13 de agosto de 2025

Blaze - Silicon Messiah (2000)

Uno de los papeles más complicados y complejos de jugar en  la vida es  el de ser el nuevo. Centro de las miradas y las suspicacias, de las comparaciones siempre injustas, del original recelo al extraño. Atodos nos toca alguna que otra vez en la vida ser el nuevo, el que llega con la ilusión del desconocimiento, el que confía en las intenciones veladas, el que trata de hacer su hueco aunque a veces esto no termina de ocurrir hasta que otro ocupa ese lugar y la rueda vuelve a rodar, ahora con los pies en un nuevo escalón y el rol adaptado del que desconfía, compara y establece una invisible zona de distancia que delimite jerarquía temporal que no espacial. El ser humano como herramienta de supervivencia utiliza el mecanismo de la fragilidad de la memoria con tal de ser aceptado, reintegrado, aunque en realidad deje de ser el eslabón más débil para convertirse en el frágil enlace que lo mantiene unido al resto de cadena.

A Blaze Bayley le tocó el complicado rol de ser el nuevo en una banda con un impacto tan mediático como Iron Maiden y un vocalista tan interiorizado en el imaginario popular como Bruce Dickinson. Difícil tarea en la que todo juega en contra, sobre todo cuando hablamos de un asunto tan pasional como la música donde las canciones son lo más importante pero pierden sentido sin el impacto emocional que crea en aquellos que la reciben con los brazos abiertos haciéndolas suyas para siempre. Es parte fundamental del rock and roll y por ende del Heavy Metal ese elemento mitómano que conduce a la irracionalidad que domina las pasiones. Blaze Bayley fue observado con lupa por propios y extraños. Durante un tiempo fue el punto de partida de Iron Maiden sobre el escenario y cumplió de manera notable, doy fe porque tuve la oportunidad de disfrutarlos en directo en aquellos días además convulsos para el devenir del Heavy Metal tras su eclipse mediático. Después estaba el asunto del estudio de grabación. Me costó mucho entrar en “The Factor X” -que cumplirá en octubre 30 años- al principio. ¿Estaba emocionalmente predispuesto en contra?. Pues seguramente un poco. En mi caso particular, el tiempo ha dado la razón a Iron Maiden a costa de ir menguando la mía, y he terminando disfrutando de la oscuridad que desprende el disco y siendo consciente que sentó las bases del sonido de Iron Maiden en este siglo. Con “Virtual XI” sin embargo mi opinión ha permanecido constante en la creencia de que es un álbum menor en la discografía de Iron Maiden.

La necesaria simbiosis Iron Maiden-Bruce Dickinson volvió a poner las cosas en su sitio y dejó a Blaze Bayley, compuesto y sin novio, pero con la importante dote de haber pertenecido a una de las bandas más importantes del Heavy Metal, lo que asegura la curiosidad mediática de prensa y fans por ver que será, será… Y fue “Silicon Messiah” que en mayo de este año cumplia 25 años. Blaze tenía la oportunidad de quitarse definitivamente de encima la sombra de Dickinson y a la vez alrovechar el tirón de ser un ex-Maiden. La duda era que dirección pensaba tomar el vocalista y en mi parecer, tomó la correcta. “Silicon Messiah” es puro heavy metal de reminiscencias añejas pero con los pies bien plantados en un tiempo en el que el heavy metal vivía una nueva resurrección. Por supuesto hay reminiscencias de su paso por Iron Maiden, sería imposible que no las hubiese, más teniendo en cuenta la característica voz de Blaze, pero sobre todo el album rezuma un sonido potente y actual -según los cánones decaquellos días- con unas guitarras omnipresentes y la voz de Blaze que brilla dando a las canciones su justa medida de fiereza y melodía. 

Canciones como “The hunger” que cada vez que la escucho, en mi cabeza se forma una extraña nebulosa donde se dan la mano los Maiden de “The X Factor” y Black Sabbath era Tony Martin, “Born of a stranger”, “Evolution” o la inicial “Ghost in the machine” son mis favodel disco y representaron una agradable sorpresa al ver como Blaze era capaz de aprovechar la oportunidad de pegarnos en la cara a todos aquellos que albergábamos dudas de siel vocalista sería capaz de remontar vuelo o iría directo al pantano del olvido. Un cuarto de siglo ha pasado desde entonces, Bailey ha mantenido su carrera desafiante, labrándose una nutrida y fiel legión de fans y obteniendo el reconocimiento decsu paso por Iron Maiden que otorga la distancia cuando desaparece el deseo de comparar. En octubre estará en Sevilla presentando la gira que celebra el 30 aniversario de “The X Factor” y seguroque no faltará tampoco el debido homenaje a este disco y yo pienso estar alli.

No hay comentarios:

Publicar un comentario