viernes, 29 de agosto de 2025

Helloween - Giants & Monsters (2025)


Final de agosto y al fin ya ha llegado el momento que muchos, yo el orimero, estabamos esperando. Llega un nuevo disco de Helloween, que lleva tiempo levantado expectativas, y eso es peligroso porque corres el peligro de experimentar la falsa sensación de que te sepa a poco.  El revuelo provocado por Helloween cuando olvidaron rencillas hace ya casi es una década siempre me pareció una resurrección en vida. Dejad que intente explicarme. Llegué a Helloween y ellos a mi vida en 1987. Nací en 1972 así que haced cuentas para que tratéis de imaginar el impacto de “The Keeper of the seven keys Pt. I” en un adolescente que descubre un mundo de riffs y canciones poderosas. Tanto, que sin lugar a dudas afirmo que dicho disco está entre mis 10 discos favoritos de heavy metal de manera inamovible. Un paso atrás en el tiempo para encontrarnos otra vez, con “Walls of Jericho”, otro hacia delante con la segunda parte del guardián de las 7 llaves. ¡Una trilogía imbatible!, acompañada de un directo más que resultón, “Live in the UK”. Tormentas, problemas, egos, decisiones en uno y otro sentido, Kai pone pies en polvorosa, a su decisión le acompañaron dos discos que ni siquiera el paso del tiempo ha conseguido reconciliarme. Ingo despedido, camino a la tragedia. Kiske fuera también más tarde. Entra Andi Deris y Helloween renacen. Con Deris, Helloween se fortalece con una discografía que brilla con luz propia -sí, The Dark Ride me parece un discazo-, aunque también acumula alguna que otra sombra, que les mantiene en constante estado de gracia hasta que llega la hora de que los hijos pródigos vuelven a casa -y seguro que Ingo sonríe con franqueza en aquella estrella donde esté-. Helloween siempre fueron, pero nadie puede obviar que la reunión disparó todo el entusiasmo de los fans.

Su predecesor editado en 2021 no solo me convenció en el primer asalto, es que el paso del tiempo me ha procurado nuevas percepciones que mejoran mi ya de por sí estimable opinión de su sonido. Que Kai, Andi y Kiske sean capaces no sólo de hacer convivir sus voces, sino que hayan creado una conjunción con las tres fue y sigue siendo un gran acierto. Que las labores compositivas se las repartan Deris, Hansen, Weikath y Gerstner, también, porque aunque “Giants & Monsters” trate de unificarse como concepto, la conjunción de cuatro personalidades distintas, realzan un disco que pone sobre la mesa todo los estandares que ellos colaboraron a crear en primera persona. Llevo toda la tarde escuchando en bucle “Giants & Monster”, lo que habla sobre la adición que me está creando este nuevo disco de Helloween que suena grandilocuente -a veces un pelín sobreproducido-, empeñado en bañarse en un manantial de melodía que resultan cautivadoras y tres vocalistas que explotan sus diferencias vocales para que sea imposible imaginar las canciones sin esta gloriosa suma de tres.

“Giants on the run” abre el disco con la presencia de riff y teclado que te conduce a un estribillo que sabe y huele a catarsis en directo. Cambios de ritmo, progresiones, Hansen y Deris aliándose a los mandos, a pesar de no ser la típica canción explosiva como un misil que actúe de enganche cumpliendo su cometido de abrir el disco, me deja un sabor de ¡dadme más! vibrante. “Savior of the world” es puro Helloween de cuando nos rindieron a todos en los 80, maestría de Weikath y un despliegue vocal apabullante con un Kiske dándonos donde sabe que más nos gusta. Sorprende la melódica "A Little is a Little too much" que tiene en las líneas vocales cierto aire al Alice Cooper de mitad de los ochenta y el bajo de Markus adquiriendo protagonismo y que quizás es la que se queda un poco por debajo del nivel general del disco. "We can be Gods" comienza como un trueno que ilumina la oscura noche, fuerte, obra y gracia de Kai Hansen, una elegía de heavy metal que lanza nuestra memoria hacia tiempos pasados.


"Into the sun" es un baladón de tintes épicos en la que los arreglos orquestales funcionan como perfecto complemento de las voces de Kiske y Deris que consiguen que la emoción suba a niveles altísimos, demostrando una vez más el gran acierto de que ambos vocalistas sigan siendo parte fundamental de la historia de Helloween. "This is Tokyo" no me convenció la primera vez que la escuché, es más me dejó con el cejo fruncido, pero lo cierto es que he terminado entrando en vereda, atrapado por la melodía que construye Deris, con ese aire aparentemente facilón que esconde una melodía planteada para permanecer en la memoria. "Universe (Gravity For Hearts)" es puro power metal, de la manera que Helloween lo concibieron como padres fundadores del invento, con ese rollo operístico -sin pasarse-, su velocidad moderadamente controlada y los cambios concebidos para otorgar dramatismo a la canción. ¡Sí señor!. Cambian de tesitura con "Hand of God" que introduce un poso de oscuridad, protagonismo del bajo, una melodía reposada que se torna pegadiza.

Vamos llegando al final de este "Giants & Monsters" y es el turno de que los altavoces liberen la aparente liviandad de "Under the moonlight", una canción que encaja en ese espíritu desenfadado y de esperanzadora felicidad que rodeaba a los "Keepers" y que aporta sencillez en un disco donde las composiciones tratan de fortalecer -y lo consiguen- con los necesarios cambios y es que además este tipo de canciones Michael Kiske las borda, y aunque no tiene esa incisión que posee por ejemplo "Dr. Stein" sin es ese tipo de canciones tan Weikath. "Majestic" cierra el disco, ocho minutos surgidos del talento de Kai Hansen en el que aglutinan elementos épicos y progresivos, con cambios de ritmos espléndidamente ajustados y la aparición de necesarios en el momento adecuado para engrandecer el clímax. ¿Es Giants & Monsters" un buen disco?. Por supuesto, voy más allá y afirmo que es un gran disco que se beneficia no solo de unos grandes músicos sino de la capacidad de hacer convivir las composiciones de tres de sus miembros y además con unos vocalistas excelsos. ¿Cumple las expectativas?. Por supuesto, y la prueba es las veces que ha sonado ya en mi reproductor en tan solo unos días. ¿Una pega?. Pues que le falta algunas pinceladas de fuerza a veces, de llevar la cosa al límite en otras para coronarse como una de las grandes joyas de la banda, que por otra parte, son ya unas cuantas. Aún así, Helloween celebran su 40 aniversario con un disco que seguramente va a estar en mi top 10 del año y ya cuento los días para verles en noviembre (15 y 16) en Madrid.

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