Autrest es una banda de Black Metal Ambiental brasileña, proyecto personal de Matheus Vidor, creador de esta inclusión atmosférica en los principios fundamentales-y oniricos- de la quietud de la naturaleza que si escuchas con atención junto a la calma esconde la amplitud de misterios insondables. Vidor nos sumerge con los pasajes instrumentales que dota de belleza musical forjando una paz espiritual que confronta con la sordida oscuridad que impregna a las canciones en el momento que desata la distorsión soterrada de la guitarra o los furibundos blast beats que coronan esa empalizada de fuerza bruta que lucha desde el interior por salir y desterrar la tensa y aparente calma. Un vivo ejemplo es la dualidad “Where stones wishper”/“Ruin of the lost”, la primera instrumental, melódica, un lago de belleza que abruptamente interrumpe la segunda agarrándonos y sumergiéndonos en los abismos de la oscuridad soterrada por el frágil olvido del hombre.
Otro ejemplo en sí misma de esta convivencia de orden y caos, belleza en ambas caras, benigna y malévola es “Resonance” cuyo inicio es un remanso de paz invadido a los pocos compases por la atmósfera maléfica que lo envuelve y se hacen ambos polos sólo uno, irremediablemente unidos, imposibles de separar como dos siameses unidos por la marcha lenta, funesta y bella que persigue a tus sentidos para regresar por instantes a esa bella calma de orificios orquestales antes de ser de nuevo abducida por los segmentos de maldad implícitos en la voz, en la distorsión a la vez que la luz trata de emerger utilizando como arma el melancólico sonido de un violín.
“Chams of time” no solo cierra el disco sino que resume con intensidad abrupta lo que representa en sí mismo este “Burning embers, forgotten wolves” con sus pasajes ambientales que se funden y dan paso a los arrebatos violentos que remiten momentáneamente para dejar pasar la luz antes de volver a tomar la superficie en nombre de las tinieblas todo ello con una majestuosidad palpable e incluso cimas que abordan estados sonoros mas épicos gracias a ese violín que reclama su papel en esta obra. Otro muy buen trabajo de un género musical que ha destapado su -pútrido- tarro de esencias y está dejando a su alrededor un sendero asfaltado a base de grandes trabajos musicales.

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