lunes, 27 de octubre de 2025

Tower - Let there be dark (2025)


El devenir del negocio musical, lo que supone respecto al rock que se maneja más allá de las grandes audiencias, se encuentra por un lado con músicos empeñados en vivir en la ola de la inmediatez, del coger el tren a la carrera no sea el último en pasar o los que son la consabida presión de unos números que lograr, tratan de ir construyendo su carrera con paso sólido. 

Los neoyorkinos Tower llevan tiempo cimentando su carrera paso a paso, templando el acero en la forja adecuada. La banda comandada por Sarabeth Linden reafirma con cada movimiento, cada grabación, su compromiso en esta resurrección del heavy metal partiendo desde los fosos más profundos del underground metálico en un avance imparable y cada vez más nutrido. Tower se han ido haciendo un nombre dentro de la esfera de fans del sonido mas tradicional del metal, tanto que se ha había producido cierto murmullo ante la salida de este nuevo disco que fue editado hace unos meses y está consiguiendo la aprobación unánime del espectro universal del heavy metal.

Tower se lanzan a por todas desde el comienzo, buscando la velocidad como aliada natural. “Under the chapel” corta el viento en un apasionante duelo entre la voz de Linden y las vigorosas guitarras de James Danzo y Zak Penley. No bajan la intensidad ni un instante con esa carrera sonora característica del speed metal que nos pega en el rostro cuando suena la canción que da nombre al disco y que precede a uno de los puntos álgidos de este, la poderosa “Holy water” con ese riff veloz y potente y la fantástica labor vocal de Sarabeth que consiguen vestirla de esa piel de himno tan propia del heavy metal.

Tras la tormenta llega la intensa calma de “And I cry”, un medio tiempo que va creciendo hasta explotar manera contundente y que brinda la oportunidad de lucirse a una Sarabeth que le aporta una proporción equilibrada de dramatismo y épica. “The well of souls” es una instrumental de apenas un minuto que nos introduce de lleno en un preciso ejercicio de heavy metal llamado “The book of the hidden” con un riffs que destila fuerza y melodía y de nuevo la garganta de Sarabeth a nivel estratosférico. No bajan la marcha con “Iron clad” donde se adivinan ciertos eco de Doro en las lineas vocales y de Judas en ese solo donde disfrutamos del duelo de guitarras.

Maravilloso el comienzo de “Don’t you say” que tiene un sabor a George Lynch con Dokken para dejar que nos perdamos en el ritmo pausado de lo que comienza como balada hasta que de forma premeditada durante el solo de guitarra se convierte en una demostración de poder hasta el final de la canción. “The hammer” es la encargada de cerrar el disco manteniendo ese nivel tan alto que Tower nos brindan en este poderoso “Let there be dark”, un disco que no puedes dejar pasar si lo tuyo es el heavy metal sin más-como si eso fuese poco-.

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