viernes, 7 de noviembre de 2025

Crónica de Adrian Vandenberg “My Whitesnake years” Sevilla 04/11/25


Hagamos cuentas. En 1982, Adrian Vandenberg edita el primer disco de su banda pero yo, que tenía por entonces diez años  estaba a otra cosa. 1985, sale "Alibi", tercer y último de la primera etapa de Vandenberg, yo tengo ya 13 años y he descubierto el hard rock. Alguien me graba dicho disco en una cinta de cassette. 1987, con 15 años cuento y una adicción ya más que considerable a esta música nuestra. Whitesnake editan el disco con nombre homónimo a dicho año que arrasa en las listas. Videoclips, giras, "Is this love" sonando hasta la saciedad entre otras, un disco que forma parte de mi adolescencia, de mi vida a fin de cuentas... 1989, Slip of the tongue y la lesión de Adrian que le deja fuera de las sesiones de grabaciones de un disco cuyas guitarras escribe, 1994,  junto a sus hasta hace nada compañeros en Whitesnake, Sarzo y Aldridge monta una nueva banda con Ron Young a las voces, Manic Eden, cuyo disco deberías recuperar o descubrir si es el caso. 1997, Restless Heart de nuevo con Coverdale, a quien la discográfica no deja que le edite como disco en solitario y una vez grabado se niegan a editar en EEUU, 2016 volvemos a tener noticias de Adrian en forma de disco, de nuevo con su propia banda con quien sacaría otro en 2020... y llegamos hasta hoy, donde en esta noche de noviembre se presentaba en la sevillana Sala Custom para presentarnos "My Whitesnake Years".

Con una sala que presentaba una muy buena entrada a pesar de ser un martes, a las nueve y media de la noche Adrian Vandenberg saltaba la escenario a la vez que a través de los altavoces tronaba "Bad Boys" provocando una reacción en cadena en la sala que coreaba a la vez que Mats Levén cada estrofa, estribillo, cada inflexión que el fantástico vocalista sueco extraía de los mejores tiempos de David Coverdale. Junto a Joey Marin De Boer a la batería, Sem Christoffel al bajo y el teclista Len Van De Laak, nos encontramos con un Adrian de muy buen humor y mejor estado físico. No era para menos, porque como le comentó Levén, mira cuanta gente y eso que es martes. No nos engañemos, este era un partido ganado de antemano, allí todos los que estamos reunidos, en un deseado ejercicio de nostalgia, estamos predispuestos a disfrutar de una serie de canciones que hemos escuchado y cantado tantas veces que nos las aprendimos de memoria, algo que quedaba claro con cada canción que retumbaba en la noche sevillana escoltada por las gargantas de los presentes. 


Sorpresa, "Slide it in", guiño a los Whitesnake clásicos que ya pensaban seriamente en su asalto al mercado norteamericano. A  Mats Levén le toca bailar con la más fea, hacer suyas las canciones de una voz tan característica y adorada como la de Coverdale, pero el vocalista se desenvuelve con maestría ante la dificultad que implica cantar canciones como "Fool for your loving" o "Love ain´t no stranger" con la que de nuevo Adrian Vandenberg retrocedía hacia una era en la que aún no formaba parte del universo Whitesnake. Pero entre ambas, lugar para rememorar a Vandenberg, la banda, con uno de sus temas emblemáticos, "Your love is in vain" de su álbum debut, escorando el rumbo del concierto hacia los parámetros del hard rock de corte más clásico. Lógicamente las miradas se centran en Adrian Vandenberg, pero quien se echa el concierto sobre los hombros es Mats Levén, escoltado por unos músicos de sobrada solvencia.

Si antes hablaba de nostalgia, parte imbricada de los tiempos en los que el hard rock abrazó las grandes audiencias son las dos canciones que suenan a continuación, "Is this love" y "Gimme all your love", con los músicos disfrutando sobre el escenario los allí presente no íbamos a ser menos, llevando en volandas al grupo. Turno para el solo de batería de Joey Marin De Boer que da paso al protagonismo de los teclados para introducirnos de lleno en la épica "Judgment Day", deudora de "Kashmir" a la que sigue aquel "Adagio for Strato" que Adrian Vandenberg presentó en directo en Donnington con Whitesnake en 1990 y que sirve como muestra del virtuosismo del guitarrista holandés que sin grandes aspavientos sigue tocando de manera magistral. 


"Crying in the rain" vuelve a calentar el ambiente, más aún, dando paso a "Here I go again" que pone fin, en principio, al show de Adrian Vandenberg, con la gente expectante, deseando superar el trámite de la despedida para el regreso de los bises. Y vuelven tan solo Adrian y Mats, que se sientan en la tarima de la batería para regalarnos una fantástica e íntima "Sailing ships", con lucimiento del vocalista. Regresan el resto de músicos y esta vez es otro de los temas clásicos de Vandenberg, "Burning heart", el que llena de historia la Sala Custom. Para acabar, emociones arriba, fuerza en las gargantas, poder desde el escenario diciendo adiós con "Still of the Night" donde se recrean, se gustan, se pone en evidencia que el rock es un viaje de ida y vuelta desde el escenario al público y viceversa. Una hora y media de hard rock, de un guitarrista magnífico, un vocalista que no se queda atrás y una banda para disfrutar.



1 comentario:

  1. Ok Carlos, Fue un placer volver a verte. Tu artículo es de primera

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